La FDIC publicará el primer borrador de normas en el marco de la GENIUS Act para transformar el sector de las stablecoins

Descubra el impacto transformador de las normas preliminares de la FDIC en el marco de la GENIUS Act, que están redefiniendo la regulación de los stablecoins en Estados Unidos. Infórmese sobre los desafíos y oportunidades de cumplimiento para bancos, fintechs y empresas cripto como Gate, que adaptan sus operaciones a los nuevos escenarios regulatorios. Analice cómo las políticas sobre stablecoins fomentan la adopción institucional y alteran la dinámica competitiva del sector.

Normativa revolucionaria de la FDIC sobre stablecoins: una nueva era para las criptomonedas

La Ley GENIUS (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins), promulgada en julio, establece el marco federal más completo hasta la fecha para stablecoins de pago en Estados Unidos. Las reglas sobre stablecoins que la FDIC desarrolla a partir de esta legislación suponen un giro radical en el funcionamiento de los activos digitales de pago dentro del sistema financiero estadounidense. Este cambio normativo crea el primer estándar nacional coherente para stablecoins, atendiendo sus particularidades y, al mismo tiempo, preservando la integridad bancaria y la protección al consumidor. La publicación de los primeros borradores de la FDIC confirma el compromiso del organismo con la creación de una vía regulatoria clara y aplicable, capaz de integrar tanto a instituciones financieras convencionales como a nuevas plataformas de activos digitales. Frente a los intentos regulatorios fragmentados del pasado, la aplicación de la Ley GENIUS fija para los emisores requisitos definidos sobre gestión de capital, mantenimiento de liquidez y supervisión operativa. Las directrices cripto de la FDIC establecen mínimos que todos los emisores de stablecoins de pago deben cumplir, ya sea bajo autorización federal o estatal. El marco exige que los emisores mantengan reservas que respalden sus tokens en circulación, como mínimo en proporción 1 a 1, utilizando activos altamente líquidos y seguros: moneda estadounidense, bonos del Tesoro con vencimientos de hasta 93 días, depósitos a la vista en bancos asegurados y fondos monetarios gubernamentales. Este requisito convierte las stablecoins de activos digitales especulativos en instrumentos de pago genuinos, respaldados por activos tangibles y verificables. La transparencia regulatoria aportada por estas normas ha impulsado la adopción institucional, ya que empresas y proveedores de servicios financieros identifican con precisión las exigencias de cumplimiento y los requisitos operativos necesarios para emitir e integrar stablecoins legalmente en sus sistemas de pago.

Ley GENIUS: transformación del sector stablecoin

La regulación cripto de EE. UU. para 2025, recogida en la Ley GENIUS, transforma de raíz el funcionamiento de las stablecoins en los mercados nacionales e internacionales. La ley establece una estructura dual, permitiendo que emisores con menos de 10 000 millones de dólares en stablecoins en circulación se acojan a regulación estatal, siempre que el régimen local sea sustancialmente similar al federal. Este enfoque reconoce la diversidad de escala en las operaciones, manteniendo al mismo tiempo protecciones mínimas homogéneas. La legislación crea además el Comité de Revisión y Certificación de Stablecoins (SCRC), integrado por el Secretario del Tesoro, el Presidente de la Reserva Federal y el Presidente de la FDIC, encargado de evaluar si empresas no financieras pueden emitir stablecoins de pago sin poner en riesgo la seguridad bancaria, la estabilidad financiera o el Fondo de Seguro de Depósitos. La política de transformación de stablecoins introduce estrictas medidas contra el lavado de dinero y el fraude, exigiendo a los emisores cumplir con restricciones de uso de información personal no pública y prohibiciones de venta vinculada. Estas salvaguardas reflejan que, pese a sus ventajas en eficiencia, las stablecoins requieren protecciones comparables a las de los sistemas tradicionales. El marco aborda explícitamente a los emisores extranjeros, prohibiendo que los proveedores estadounidenses ofrezcan stablecoins de pago emitidas por entidades foráneas salvo que el emisor pruebe comparabilidad regulatoria, se registre ante la OCC, mantenga reservas suficientes en EE. UU. y opere en jurisdicciones que no estén sancionadas o consideradas focos principales de lavado de dinero. Este enfoque extraterritorial protege el sistema financiero de EE. UU. frente al arbitraje regulatorio y abre oportunidades para emisores internacionales que cumplan los requisitos. La estructura de activos de reserva permitidos, detallada en la guía de implementación de la Ley GENIUS, admite activos tradicionales como valores del Tesoro y opciones innovadoras como activos gubernamentales tokenizados, siempre que cumplan la normativa aplicable. Esta flexibilidad impulsa el avance tecnológico sin renunciar a la seguridad, posicionando a EE. UU. como referente en regulación responsable de activos digitales que equilibra innovación y protección.

Implicaciones para bancos, fintechs y empresas cripto

El marco regulatorio definido por la FDIC para stablecoins crea nuevas oportunidades y obligaciones para los distintos participantes, alterando en profundidad la competencia en pagos digitales. Los bancos tradicionales se benefician de reglas claras que les permiten competir con entidades no bancarias en servicios relacionados con stablecoins, aprovechando su infraestructura de depósitos y relaciones regulatorias existentes. Ahora pueden custodiar stablecoins, facilitar pagos y emitir sus propias stablecoins bajo autorización federal, accediendo a nuevos ingresos y manteniendo el control regulatorio. Las normas permiten expresamente que filiales bancarias federales o estatales sean emisoras de stablecoins, abriendo vías para conectar finanzas tradicionales y mercados digitales. Para las fintech, la implementación de la Ley GENIUS supone una oportunidad y un reto regulatorio: pueden emitir stablecoins de pago si cumplen los requisitos mínimos y obtienen la licencia correspondiente, compitiendo con los bancos en igualdad regulatoria. Sin embargo, las obligaciones de cumplimiento son exigentes: deben establecer sistemas robustos de gestión de reservas, auditorías integrales, registros detallados y demostrar cumplimiento continuado. Las pequeñas y medianas empresas se benefician de la integración de stablecoins, que les permite pagos instantáneos, saldo en tiempo real y operaciones transfronterizas eficientes con comisiones inferiores a los sistemas tradicionales. Las empresas cripto y plataformas digitales afrontan un entorno donde la legitimidad depende del cumplimiento normativo y no solo de la sofisticación tecnológica. Estas entidades deben seguir las directrices cripto de la FDIC, que exigen transparencia, auditorías periódicas y verificación de reservas. La tabla siguiente muestra cómo se adaptan los distintos actores a la nueva regulación:

Participante de mercado Vía regulatoria principal Obligaciones clave Ventaja competitiva
Bancos tradicionales Autorización federal (OCC) Mantenimiento de reservas, auditoría, controles antifraude Infraestructura de depósitos, relaciones con clientes
Filiales bancarias Autorización federal o estatal Iguales a la matriz y reglas específicas para filiales Apoyo de la matriz, experiencia en supervisión
Fintechs Autorización federal (OCC) o estatal Respaldo total de reservas, auditorías trimestrales, aprobación SCRC si no es financiera Flexibilidad tecnológica, innovación en interfaces
Plataformas cripto Autorización federal o estatal Programas de cumplimiento, verificación de reservas Expertise técnico, base de usuarios previa
Emisores extranjeros Registro OCC Reservas en EE. UU., comparabilidad regulatoria Acceso al mercado estadounidense si cumplen requisitos

La política de transformación de stablecoins favorece a entidades cumplidoras y bien capitalizadas y dificulta la operativa de firmas con escasez de fondos o reacias al cumplimiento. Gate, plataforma líder de activos digitales, reconoce estos cambios y adapta su estructura operativa para cumplir plenamente con las normas FDIC sobre stablecoins. Las implicaciones competitivas van más allá de las empresas individuales y remodelan todo el mercado: la claridad regulatoria atrae capital institucional que antes dudaba en entrar por inseguridad jurídica. Los requisitos de reserva estandarizados eliminan ventajas basadas en arbitraje regulatorio y premian la eficiencia operativa y la innovación tecnológica.

La aplicación de la regulación de stablecoins bajo la Ley GENIUS plantea grandes retos de cumplimiento que obligan a las organizaciones a invertir en sistemas, personal y procesos. Los emisores deben construir infraestructuras capaces de mantener respaldo 1 a 1 en varias clases de activos y realizar conciliación permanente entre tokens y reservas. Esto exige sistemas contables avanzados, monitorización en tiempo real y registros de auditoría sólidos que acrediten cumplimiento continuo. Muchos emisores tendrán que reestructurar reservas para ajustarse a los activos permitidos, lo que puede implicar liquidar activos no compatibles y reasignar capital a valores del Tesoro, fondos monetarios y acuerdos de recompra elegibles. El proceso conlleva riesgo de ejecución, ya que los emisores deben garantizar la redimibilidad de las stablecoins mientras ajustan reservas, sin afectar el servicio a los clientes. Las auditorías periódicas exigidas por la FDIC requieren auditores cualificados capaces de evaluar sistemas digitales, procedimientos de verificación de reservas y la infraestructura de procesamiento de transacciones. El alcance de la auditoría va más allá de los estados financieros e incluye infraestructuras tecnológicas, controles de ciberseguridad y protocolos de resiliencia operativa, reconociendo que los emisores de stablecoins operan en la intersección de finanzas y tecnología. Las organizaciones que no tengan auditorías previas deberán buscar auditores externos especializados, lo que puede requerir tiempo y experiencia específica. El personal de cumplimiento debe desarrollar sistemas avanzados para detectar infracciones contra la venta vinculada, que impiden condicionar el acceso a stablecoins a la compra de productos o servicios adicionales, lo cual afecta modelos de negocio basados en ofertas agrupadas. Las obligaciones contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo exigen programas de identificación de clientes, monitorización de transacciones y reporte de actividades sospechosas similares a los estándares bancarios. Las empresas pequeñas suelen carecer de recursos para crear estos sistemas, lo que impulsa la consolidación por parte de entidades más grandes y capitalizadas. La dimensión internacional añade complejidad, ya que los emisores extranjeros que quieran acceder al mercado estadounidense deben probar comparabilidad regulatoria, superar procesos del Tesoro y establecer custodia de reservas en EE. UU. con entidades aprobadas. Esto genera barreras de entrada que protegen a las plataformas establecidas, aunque pueden limitar la oferta y la innovación. Las organizaciones deben contar con asesoría regulatoria para interpretar guías, responder a los examinadores y documentar el cumplimiento. La naturaleza orientativa de la regulación de stablecoins implica que la interpretación seguirá evolucionando según los reguladores ganen experiencia y publiquen aclaraciones ante situaciones nuevas. Los profesionales de cumplimiento deben monitorizar de forma continua la regulación y actualizar políticas y procedimientos internos a medida que los organismos emitan nuevas interpretaciones o el SCRC resuelva solicitudes de emisores. La seguridad de los datos es otra dimensión crítica, ya que las stablecoins operan en entornos digitales donde fallos de ciberseguridad amenazan directamente los activos de los clientes y la integridad del sistema. Los reguladores exigen cada vez más controles de ciberseguridad, pruebas de penetración, respuesta ante incidentes y planes de continuidad, requisitos que pueden poner en aprietos a los participantes de menor tamaño sin infraestructuras consolidadas.

* La información no pretende ser ni constituye un consejo financiero ni ninguna otra recomendación de ningún tipo ofrecida o respaldada por Gate.