El 26 de noviembre, S&P Global Ratings emitió una decisión relevante que agitó el mercado de las criptomonedas: rebajó la calificación de Tether (USDT) a "5 (débil)", la nota más baja de su escala de riesgo para stablecoins de cinco niveles, presentada en 2023. Esta rebaja, significativa respecto a la anterior "4 (constreñido)", coloca a la principal stablecoin global junto a competidores menos conocidos como TrueUSD y USDe de Ethena. Según S&P, este descenso responde a un "aumento de los activos de mayor riesgo que respaldan las reservas de USDT", apuntando que la exposición de Tether a estos activos ha pasado del 17% al 24% en el último año.
S&P Global identifica varias preocupaciones puntuales sobre la composición de las reservas de Tether y su transparencia operativa. La agencia destaca el incremento de activos volátiles como Bitcoin, oro, préstamos garantizados, bonos corporativos y otras inversiones. Llama la atención que informes recientes sitúan a Tether como el mayor tenedor independiente de oro del mundo, lo que evidencia la creciente apuesta de la compañía por activos de reserva no convencionales. Al margen de la composición de activos, S&P subraya "lagunas persistentes en la divulgación", señalando que Tether ofrece escasa información sobre la solvencia de sus custodios y contrapartes. La agencia sostiene que estos activos implican "riesgos de crédito, mercado, tipos de interés y divisas", lo que sugiere que la tradicional estabilidad del dólar de Tether enfrenta crecientes presiones por la diversificación de su cartera.
El momento y las circunstancias de la rebaja de Tether cobran especial relevancia por su peso en el mercado. USDT supera el 60% de la capitalización total entre todas las stablecoins indexadas al dólar, y el mercado de stablecoins rebasó los 300 000 millones de dólares por primera vez en los últimos meses. Por ello, la calificación de Tether repercute directamente en la confianza de los inversores en todo el ecosistema de activos digitales. Esta concentración explica por qué la rebaja de S&P afecta al conjunto del sector: pone sobre la mesa posibles implicaciones sistémicas para la fiabilidad y los estándares de reservas de las stablecoins, cuestiones a las que ahora deben responder el resto de participantes del mercado.
Paolo Ardoino, CEO de Tether, replicó a la rebaja de S&P Global con una postura contundente que pone de relieve las tensiones entre las finanzas tradicionales y el mercado cripto. En vez de aceptar el dictamen como un análisis objetivo, Ardoino tachó a S&P Global de "máquina de propaganda" y cuestionó abiertamente tanto la metodología como los supuestos de la agencia. Su respuesta revela un choque de fondo sobre cómo deben aplicarse los marcos de evaluación de riesgos en el entorno de los activos digitales, especialmente cuando se trata de instrumentos que los modelos tradicionales no contemplan.
Ardoino sostiene que los modelos clásicos de rating se diseñaron para entidades financieras convencionales y han fallado a los inversores al conceder calificaciones de grado de inversión a compañías que luego quebraron. Recordó los retos regulatorios históricos a estas metodologías, destacando que las principales agencias de rating han sido cuestionadas por reguladores de todo el mundo por su independencia y objetividad. Esta estrategia, característica de la defensa de Paolo Ardoino y Tether, busca restar legitimidad a la agencia de calificación, más allá de rebatir conclusiones concretas. Al presentar la tenencia de activos de alto riesgo como una diversificación racional de cartera, y no como especulación imprudente, Ardoino defiende que el marco de S&P no entiende el funcionamiento real de las reservas de las stablecoins actuales.
El CEO también recalcó la solidez operativa de Tether, afirmando que la empresa "es y seguirá siendo extremadamente rentable". Con ello, responde a las dudas sobre la viabilidad financiera de la compañía y su capacidad para mantener la paridad dólar bajo presión. Ardoino considera que S&P confunde volatilidad de activos con riesgo operativo, al tratar las posiciones en Bitcoin y oro como pasivos, en lugar de reconocerlas como estrategias de diversificación que refuerzan la resiliencia de Tether. Esta visión refleja la postura del sector cripto: los indicadores y lenguajes de riesgo tradicionales no captan el funcionamiento de los sistemas financieros descentralizados o semidescentralizados. La controversia sigue abierta, con diferencias de fondo respecto a qué se entiende por gestión prudente de reservas en el universo de los activos digitales.
La rebaja de Tether por S&P ejemplifica el enfrentamiento de dos modelos opuestos de evaluación del riesgo. Las agencias tradicionales han desarrollado sus criterios durante décadas, valorando reservas fiduciarias, deuda pública y activos con riesgos bien definidos. Presuponen que la volatilidad equivale a peligro y que diversificar fuera de deuda pública líquida incrementa la exposición. Sin embargo, en el mercado cripto, activos como Bitcoin y oro se consideran reservas legítimas para cubrirse de riesgos sistémicos y devaluaciones monetarias.
| Aspecto | Enfoque de Finanzas Tradicionales | Perspectiva del Mercado Cripto |
|---|---|---|
| Tenencia de Bitcoin | Altamente volátil, especulativo | Cobertura descorrelacionada, diversificación robusta |
| Reservas de oro | Seguro pero anticuado | Protección estratégica frente a la inflación |
| Riesgo de mercado | Exige mitigación inmediata | Aceptable por la diversidad de reservas |
| Estándares de divulgación | Prácticas sectoriales estándar | Mejor transparencia, aunque estructurada de otro modo |
| Riesgo de paridad dólar | En peligro por activos volátiles | Se mantiene con incentivos económicos |
Esta diferencia esencial en la percepción del riesgo determina cómo se evalúa el impacto de la calificación de stablecoins. El método de S&P parte de que la composición de reservas define el riesgo de redención, es decir, la posibilidad de que los tenedores de USDT no puedan canjear sus tokens por dólares estadounidenses. Sin embargo, USDT ha demostrado ser capaz de mantener la paridad dólar a pesar de la volatilidad, los periodos de tensión y los desplomes del mercado. Esta realidad empírica choca con la visión teórica de S&P sobre la vulnerabilidad de la paridad. Aunque la agencia advierte sobre riesgos de redención, USDT sigue demostrando que el mercado confía en la equivalencia con el dólar, lo que sugiere que el comportamiento real diverge de las previsiones de los modelos tradicionales.
Los retos que plantea la calificación cripto van más allá de Tether. El impacto abarca al sector, pues los inversores ahora se preguntan si las agencias tradicionales cuentan con herramientas suficientes para analizar los fundamentos de los activos digitales. Si la valoración de S&P sobre Tether parece desconectada de la operativa y del historial real, ¿tiene la agencia credibilidad para calificar otros activos digitales? Esto genera tanto oportunidades como riesgos para el ecosistema cripto. Así, surgen posibilidades para nuevas metodologías de rating adaptadas a instrumentos financieros basados en blockchain, mientras que el riesgo es que los reguladores adopten las visiones de S&P sin profundizar en las particularidades de las criptomonedas.
La polémica en torno a la calificación de Tether por S&P tiene un calado relevante para la regulación y gobernanza futura de las stablecoins. Los reguladores de todo el mundo siguen de cerca estos movimientos, y el escepticismo de las instituciones financieras tradicionales sobre las prácticas de reservas en cripto influye en la elaboración de normativas. Si los reguladores aceptan que los activos de alto riesgo son problemáticos para las reservas de stablecoins, los emisores podrían verse obligados a concentrar las reservas en instrumentos menos diversificados y menos rentables. Esto transformaría la economía de las stablecoins y podría dejar en desventaja a quienes no acceden a la infraestructura bancaria tradicional necesaria para negociar deuda pública a gran escala.
La respuesta del CEO de Tether a S&P muestra que los actores del sector están dispuestos a cuestionar el dominio del marco tradicional, sin aceptar una posición subordinada en los modelos de evaluación existentes. Esto anticipa debates sobre gobernanza de stablecoins en los que chocarán diferentes conceptos de gestión financiera prudente, en vez de aceptar sin matices los estándares centralizados. Los retos actuales en la calificación cripto apuntan a una posible bifurcación de metodologías: marcos clásicos aplicados por instituciones tradicionales y enfoques cripto-nativos desarrollados por firmas especializadas en activos digitales. Así cambiará la forma en que los inversores valoran la seguridad y solidez de las reservas de stablecoins.
La concentración de USDT, que supera el 60% de la capitalización de stablecoins, impulsa el desarrollo de sistemas alternativos de calificación. Inversores, operadores y analistas del sector cripto reconocen que no pueden basar sus decisiones sólo en agencias tradicionales, que a menudo carecen de experiencia en finanzas blockchain. Plataformas como Gate ya ofrecen análisis exhaustivos sobre los fundamentales de los activos digitales, en respuesta a la demanda de metodologías que realmente contemplen las particularidades cripto. Es previsible que la gobernanza de stablecoins evolucione hacia mecanismos de mayor transparencia, auditorías independientes adaptadas a blockchain y, potencialmente, sistemas de calificación descentralizados que recojan múltiples puntos de vista, en lugar de concentrar la autoridad de evaluación en instituciones tradicionales cuyas metodologías surgieron en contextos financieros radicalmente distintos.
Compartir
Contenido