Texas ha dado el primer paso formal para convertirse en el primer estado de Estados Unidos en mantener Bitcoin como activo de reserva estratégica.
El 25 de noviembre, Lee Bratcher, presidente de Texas Blockchain Council, comunicó que la octava economía más grande del mundo, valorada en 2,7 mil millones de dólares, adquirió 5 millones de dólares en el ETF de Bitcoin al contado de BlackRock, IBIT.
Aclaró que hay prevista una segunda asignación de 5 millones de dólares para la compra directa de Bitcoin, en cuanto el estado concluya el marco de custodia y liquidez exigido por la nueva ley de reservas.
Ambas asignaciones crean un puente entre las infraestructuras institucionales actuales y un futuro en el que los gobiernos no solo compran Bitcoin, sino que lo mantienen en sus reservas.
La exposición inicial no fue directamente en la cadena. Texas accedió a través de IBIT, que se ha convertido en la solución estándar para grandes inversores que buscan exposición a Bitcoin dentro de un marco regulatorio y operativo familiar.
Esta compra fue posible gracias al Proyecto de Ley del Senado 21, una ley firmada por el gobernador Greg Abbott en junio, que estableció la Texas Strategic Bitcoin Reserve.
El marco permite al Contralor estatal acumular Bitcoin siempre que el activo mantenga una capitalización de mercado promedio de 24 meses superior a 500 000 millones de dólares. Bitcoin es la única criptomoneda que cumple este criterio.
La estructura sitúa la reserva fuera del tesoro estatal, establece canales de gobernanza para la custodia de los activos e incorpora un comité asesor para supervisar riesgos y controles.
Por ahora, los primeros 5 millones de dólares son insignificantes comparados con el volumen de las finanzas estatales, pero la mecánica es más relevante que la cifra.
Texas está comprobando si Bitcoin puede formalizarse como instrumento de reserva pública dentro de un sistema financiero estatal que ya administra cientos de miles de millones de dólares en distintos fondos.
Cuando se implementen los procesos operativos, la segunda asignación implicará Bitcoin bajo autocustodia, lo que plantea implicaciones muy distintas en términos de liquidez, transparencia y auditoría.
El estado está diseñando procedimientos que se asemejan a la custodia soberana más que a la intermediación institucional. La reserva exigirá un custodio cualificado, almacenamiento en frío, protocolos de gestión de claves, auditorías independientes y plazos de reporte.
Estos son los cimientos de una plantilla replicable que otros estados podrían adoptar sin necesidad de reinventar la arquitectura de gobernanza.
La decisión de entrar por IBIT no implica preferencia por los ETF frente al Bitcoin nativo. Es una solución operativa.
IBIT apenas cumple su segundo año, pero ya es el ETF de Bitcoin más popular entre las grandes instituciones. El fondo es el mayor fondo ETF de Bitcoin, con entradas netas acumuladas superiores a 62 000 millones de dólares.

BlackRock IBIT Entrada neta acumulada (Fuente: SoSo Value)
Además, la infraestructura para la custodia propia pública no existe en la mayoría de jurisdicciones, y crearla requiere adquisiciones, modelos de seguridad y aprobación política. Por eso, el estado recurrió a IBIT como solución temporal, una vía provisional que permite exposición mientras se define la estructura permanente.
Este desvío es relevante porque refleja el recorrido de otros grandes inversores.
La Universidad de Harvard reveló que IBIT se convirtió en una de sus mayores posiciones de acciones estadounidenses en el tercer trimestre. Abu Dhabi Investment Council triplicó su exposición a IBIT en ese mismo periodo, alcanzando cerca de ocho millones de acciones. El sistema de pensiones de Wisconsin declaró más de 160 millones de dólares en ETFs de Bitcoin al contado a principios de este año, también a través de IBIT.
La tendencia es clara. Grandes instituciones con distintos mandatos, ubicaciones y marcos de riesgo se inclinan por el mismo instrumento. IBIT ofrece custodia mediante un intermediario reconocido, líneas de reporte simplificadas y una presentación contable clara bajo las nuevas normas de valoración a valor razonable que entraron en vigor en 2025.
Estas ventajas han convertido al ETF en la puerta de entrada de facto para entidades públicas y cuasi públicas. Texas destaca porque su exposición a IBIT será temporal.
La cuestión de fondo es si Texas será una excepción o un modelo replicable.
El analista de Bitcoin Shanaka Anslem Perera afirma:
“El efecto dominó es matemático. Entre cuatro y ocho estados podrían seguir en los próximos dieciocho meses, acumulando colectivamente más de 1,2 mil millones de dólares en reservas. Se proyectan entradas institucionales de entre 300 millones y 1 500 millones de dólares en imitaciones a corto plazo. Esto no es especulación. Es teoría de juegos en acción.”
Ya existen estados políticamente alineados como New Hampshire y Arizona con leyes de reserva de Bitcoin, pues consideran la principal criptomoneda como cobertura estratégica frente al sistema financiero global.
Más estados podrían seguir el ejemplo, utilizando sus excedentes estructurales para asignar fondos a Bitcoin como diversificación, especialmente bajo las nuevas normas contables que eliminan antiguas penalizaciones de valoración a mercado.
Además, las implicaciones de la participación estatal van más allá del simbolismo. Las compras de ETF no afectan la oferta circulante, ya que la estructura fiduciaria emite y rescata participaciones sin retirar monedas de los mercados líquidos.
La custodia propia tiene el efecto contrario. Una vez que las monedas se adquieren para almacenamiento en frío, salen de la oferta circulante, reduciendo la cantidad disponible para exchanges y creadores de mercado.
Esta diferencia es relevante si Texas amplía la reserva más allá de los 10 millones iniciales. Incluso una demanda estatal modesta introduce un nuevo tipo de comprador, que actúa de forma contracíclica frente a operadores especulativos y no rota posiciones.
Esto actúa como un ancla estabilizadora, no como una fuente de volatilidad. Si otros estados adoptan políticas similares, la curva de oferta de Bitcoin se vuelve más inelástica, aumentando la sensibilidad de precio.





