¿Recuerdas aquella noticia que te puso la piel de gallina hace un tiempo? La herramienta de programación AI de Google, Antigravity, fue lanzada y en menos de un día los investigadores descubrieron una grave vulnerabilidad: tiene una puerta trasera, puede revivir y ejecutar código malicioso de forma remota, incluso si desinstalas y reinstalas no hay solución. Lo más exagerado es que los Hacker incluso pueden usar esta entrada para implantar Ransomware.
El investigador dijo algo muy doloroso: este riesgo no es accidental, sino un problema estructural.
Porque siempre que se trate de un agente de IA que pueda representar la ejecución continua de operaciones del usuario, debe tener altos privilegios, y altos privilegios + ejecución de caja negra, para un Hacker es como abrir un canal VIP.
Esta situación me hizo darme cuenta de una realidad:
Ahora todos hablan de eficiencia, automatización y ejecución inteligente, pero lo que realmente es más difícil y también más ignorado es la controlabilidad y la seguridad.
Especialmente con la llegada de Web3, este problema se vuelve más agudo.
Porque no se trata de ejecutar un botón en la página web, sino de mover dinero real, activos, transacciones y operaciones entre cadenas.
Si en el futuro los agentes inteligentes nos ayudan a ejecutar estrategias y firmar transacciones, pero el proceso es completamente invisible, este mundo tarde o temprano se desmoronará.
Muchos proyectos ahora están haciendo cosas muy similares:
Poner una "capa de IA" sobre la billetera, DApp o protocolo original, para que parezca más inteligente, pero la lógica subyacente no cambia: la clave privada sigue siendo un riesgo de punto único, y el poder de ejecución sigue siendo una caja negra.
Y @wardenprotocol eligió otro camino.
Su enfoque es más como cambiar el sistema fundamentalmente a "diseñado para agentes inteligentes, en lugar de ser operado por humanos".
Es decir, no estamos integrando la IA en el viejo sistema Web3, sino que estamos adaptando todo el sistema desde el nivel de diseño para que funcione con agentes.
Han redefinido los principios, como por ejemplo:
Los permisos de ejecución son gestionados por capas de agentes, en lugar de ser una cadena de palabras mnemotécnicas que pueden perderse en cualquier momento.
El agente puede ejecutar intenciones entre cadenas, no está ahí para hacer clic en los botones de la interfaz de usuario por ti.
Todas las acciones pueden ser verificadas, registradas y rastreadas, en lugar de permitir que la IA opere libremente en segundo plano.
La seguridad, la autorización y el mecanismo de delegación no son complementos, sino capacidades que están integradas en el propio protocolo.
El núcleo de esta lógica es:
La IA puede ejecutar automáticamente, pero los usuarios siempre saben lo que ha hecho, por qué lo ha hecho y si puede detenerse.
Cuando los agentes de IA comienzan a gestionar la liquidez, ejecutar estrategias DeFi, firmar contratos y programar entre cadenas, en realidad, la velocidad no es lo más importante, la confiabilidad es lo que realmente cuenta. Solo cuando cada paso pueda ser verificado y auditado, esta cuestión podrá escalarse de manera segura.
Desde el punto de vista del tiempo actual, podríamos estar experimentando un cambio en el paradigma subyacente:
La billetera ya no es solo un lugar para almacenar activos.
Se convertirá lentamente en un núcleo inteligente con capacidad de ejecución y lógica de comportamiento.
Si en el futuro realmente surgiera una "economía de代理", no se basaría en ese tipo de automatización de caja negra, sino en esta estructura de "verificable, gobernable y delegable".
Hablando claro, no estamos esperando una IA más inteligente, estamos esperando una capa de ejecución más confiable.
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¿Recuerdas aquella noticia que te puso la piel de gallina hace un tiempo? La herramienta de programación AI de Google, Antigravity, fue lanzada y en menos de un día los investigadores descubrieron una grave vulnerabilidad: tiene una puerta trasera, puede revivir y ejecutar código malicioso de forma remota, incluso si desinstalas y reinstalas no hay solución. Lo más exagerado es que los Hacker incluso pueden usar esta entrada para implantar Ransomware.
El investigador dijo algo muy doloroso: este riesgo no es accidental, sino un problema estructural.
Porque siempre que se trate de un agente de IA que pueda representar la ejecución continua de operaciones del usuario, debe tener altos privilegios, y altos privilegios + ejecución de caja negra, para un Hacker es como abrir un canal VIP.
Esta situación me hizo darme cuenta de una realidad:
Ahora todos hablan de eficiencia, automatización y ejecución inteligente, pero lo que realmente es más difícil y también más ignorado es la controlabilidad y la seguridad.
Especialmente con la llegada de Web3, este problema se vuelve más agudo.
Porque no se trata de ejecutar un botón en la página web, sino de mover dinero real, activos, transacciones y operaciones entre cadenas.
Si en el futuro los agentes inteligentes nos ayudan a ejecutar estrategias y firmar transacciones, pero el proceso es completamente invisible, este mundo tarde o temprano se desmoronará.
Muchos proyectos ahora están haciendo cosas muy similares:
Poner una "capa de IA" sobre la billetera, DApp o protocolo original, para que parezca más inteligente, pero la lógica subyacente no cambia: la clave privada sigue siendo un riesgo de punto único, y el poder de ejecución sigue siendo una caja negra.
Y @wardenprotocol eligió otro camino.
Su enfoque es más como cambiar el sistema fundamentalmente a "diseñado para agentes inteligentes, en lugar de ser operado por humanos".
Es decir, no estamos integrando la IA en el viejo sistema Web3, sino que estamos adaptando todo el sistema desde el nivel de diseño para que funcione con agentes.
Han redefinido los principios, como por ejemplo:
Los permisos de ejecución son gestionados por capas de agentes, en lugar de ser una cadena de palabras mnemotécnicas que pueden perderse en cualquier momento.
El agente puede ejecutar intenciones entre cadenas, no está ahí para hacer clic en los botones de la interfaz de usuario por ti.
Todas las acciones pueden ser verificadas, registradas y rastreadas, en lugar de permitir que la IA opere libremente en segundo plano.
La seguridad, la autorización y el mecanismo de delegación no son complementos, sino capacidades que están integradas en el propio protocolo.
El núcleo de esta lógica es:
La IA puede ejecutar automáticamente, pero los usuarios siempre saben lo que ha hecho, por qué lo ha hecho y si puede detenerse.
Cuando los agentes de IA comienzan a gestionar la liquidez, ejecutar estrategias DeFi, firmar contratos y programar entre cadenas, en realidad, la velocidad no es lo más importante, la confiabilidad es lo que realmente cuenta.
Solo cuando cada paso pueda ser verificado y auditado, esta cuestión podrá escalarse de manera segura.
Desde el punto de vista del tiempo actual, podríamos estar experimentando un cambio en el paradigma subyacente:
La billetera ya no es solo un lugar para almacenar activos.
Se convertirá lentamente en un núcleo inteligente con capacidad de ejecución y lógica de comportamiento.
Si en el futuro realmente surgiera una "economía de代理", no se basaría en ese tipo de automatización de caja negra, sino en esta estructura de "verificable, gobernable y delegable".
Hablando claro, no estamos esperando una IA más inteligente, estamos esperando una capa de ejecución más confiable.
Y esta dirección se ha vuelto cada vez más clara.
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