¿Cuándo es el momento de guardar el dinero en el bolsillo? Si no se entiende esta pregunta, tarde o temprano se caerá en este círculo.

He visto a demasiadas personas que no es que no sepan ganar, sino que no entienden lo que significa saber cuándo retirarse. Cuando los números de la cuenta suben, se les va la cabeza y al final terminan perdiendo incluso su capital.

En 2019 conocí a un amigo, entró con 20,000 dólares, y en tres meses su cuenta subió directamente a 300,000. Nosotros en el grupo le decíamos que retirara un poco, pero él siempre repetía: "Cuando llegue a un millón, me retiro". ¿Y qué pasó? En menos de seis meses su cuenta se redujo a más de 10,000, ni siquiera pudo mantener su inversión, ¿no es frustrante?

En realidad, tampoco tengo el derecho de hablar de los demás. En la gran tendencia del 21, en el momento más intenso, mi cuenta llegó a 1.8 millones de U, en ese momento me sentía inflado, con una sola idea en la cabeza: "Si duplico otra vez, me detengo". Pero, ¿acaso el mercado va a seguir tu guion?

Cuando recuperé el sentido, solo quedaban 400,000 en la cuenta. En esos días, cada vez que abría y cerraba los ojos pensaba: "Qué bueno hubiera sido sacar el dinero en ese momento", pero lamentablemente en este mundo no hay máquina del tiempo.

Esa vez fue como un despertar: los verdaderos ganadores en este círculo no son aquellos que ven cuánto sube su cuenta, sino los que realmente pueden llevarse a casa una cantidad significativa de dinero. Desde entonces, me impuse una regla estricta: si mi posición se triplica, saco inmediatamente la mitad y me voy, sin buscar ninguna excusa o razón. Al asegurar una parte de las ganancias en mi bolsillo, mi mentalidad no se verá atrapada por esos números, y mi cuenta podrá sobrevivir más tiempo.

Siempre hay quien pregunta "¿Cuánto hay que ganar para que sea suficiente?" A decir verdad, el dinero nunca es suficiente, pero la presión que una persona puede soportar tiene un límite. La clave está en si puedes convertir las ganancias no realizadas en realidad antes de que el mercado te obligue a aprender la lección.

La primera lección que me dio este círculo fue: no sueñes con salir ileso en el punto más alto, eso es simplemente un falso dilema. Los que realmente sobreviven y aún pueden reír, a menudo son aquellos que saben bajarse proactivamente a medias laderas.