Todo el espacio cripto fue manipulado. Esa es la dura realidad que nos mira a la cara en este momento.

Alguien entró, hizo todos los ruidos correctos, emocionó a todos sobre el futuro de los activos digitales, y aquí estamos—observando cómo los portafolios sangran mientras las promesas se evaporan en el aire. ¿Manipulación del mercado disfrazada de apoyo? Tal vez. ¿Una clase magistral en aprovechar la esperanza minorista para otros beneficios? Posiblemente.

Cualquiera que fuera la jugada, funcionó. Y sinceramente? Lo teníamos merecido. El espacio cayó por la exageración sin exigir sustancia. Aplaudimos los encabezados en lugar de exigir responsabilidades.

Cero progreso. Cero seguimiento. Eso es lo que nos queda, y tal vez eso es exactamente lo que este mercado merece por ser tan malditamente crédulo.