Este marco de identidad permite una de las mayores ventajas de Kite: la ejecución segura y autónoma a gran escala. Un usuario puede desplegar múltiples agentes, cada uno con instrucciones específicas, capacidades y claves de sesión que expiran cuando la tarea se completa. Esto evita que los agentes adquieran poder sin control y garantiza que cada acción sea transparente y auditable. En una era en la que la IA interactuará cada vez más con sistemas financieros y operativos, este nivel de control es esencial.

La capa de ejecución de Kite está diseñada para ofrecer una finalidad prácticamente instantánea y actividad continua, reflejando el ritmo de la lógica de las máquinas. Las blockchains tradicionales introducen retrasos que son aceptables para usuarios humanos, pero disruptivos para sistemas automatizados que requieren capacidad de respuesta en tiempo real. Ya sea un sistema de trading algorítmico ajustando posiciones o un agente de cadena de suministro optimizando rutas, Kite elimina esperas innecesarias al priorizar la ejecución determinista y de alto rendimiento. El resultado es un entorno donde miles de agentes pueden operar simultáneamente con una latencia mínima.