El 4 de diciembre, según reveló el periodista de Fox Business Charles Gasparino, personas influyentes de Wall Street y del sector empresarial estadounidense están realizando un último esfuerzo para advertir a Trump sobre los problemas que acarrearía elegir a Kevin Hassett como presidente de la Reserva Federal. Los argumentos de Wall Street y del mundo empresarial son, en líneas generales, que debido a la naturaleza política del trabajo de Hassett (fue director del Consejo Nacional de Economía de EE.UU.) y a sus experiencias pasadas, carece de credibilidad tanto entre el personal interno de la Reserva Federal como en los mercados, que buscan la independencia de la Reserva Federal. Nombrar a Hassett provocaría un aumento de los tipos de interés a largo plazo y sumiría a la Reserva Federal en el caos. Si Hassett logra bajar los tipos de interés a corto plazo mediante una votación dividida en medio de presiones inflacionistas persistentes (como desearía Trump), esto se interpretaría como una intervención política y provocaría más inflación. Los tipos hipotecarios y de consumo se basan en los bonos del Tesoro a 10 años y, si estos se disparan por temor a la inflación, podría producirse una desaceleración económica de cara a las elecciones de mitad de mandato. Por supuesto, Trump podría ignorar todo lo anterior y seguir adelante con su decisión. Otros candidatos para presidir la Reserva Federal son Kevin Warsh y el actual gobernador Christopher Waller, quienes también podrían ser opciones viables.
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Wall Street está haciendo su último esfuerzo para impedir que Trump nombre a Hassett como presidente de la Reserva Federal.
El 4 de diciembre, según reveló el periodista de Fox Business Charles Gasparino, personas influyentes de Wall Street y del sector empresarial estadounidense están realizando un último esfuerzo para advertir a Trump sobre los problemas que acarrearía elegir a Kevin Hassett como presidente de la Reserva Federal. Los argumentos de Wall Street y del mundo empresarial son, en líneas generales, que debido a la naturaleza política del trabajo de Hassett (fue director del Consejo Nacional de Economía de EE.UU.) y a sus experiencias pasadas, carece de credibilidad tanto entre el personal interno de la Reserva Federal como en los mercados, que buscan la independencia de la Reserva Federal. Nombrar a Hassett provocaría un aumento de los tipos de interés a largo plazo y sumiría a la Reserva Federal en el caos. Si Hassett logra bajar los tipos de interés a corto plazo mediante una votación dividida en medio de presiones inflacionistas persistentes (como desearía Trump), esto se interpretaría como una intervención política y provocaría más inflación. Los tipos hipotecarios y de consumo se basan en los bonos del Tesoro a 10 años y, si estos se disparan por temor a la inflación, podría producirse una desaceleración económica de cara a las elecciones de mitad de mandato. Por supuesto, Trump podría ignorar todo lo anterior y seguir adelante con su decisión. Otros candidatos para presidir la Reserva Federal son Kevin Warsh y el actual gobernador Christopher Waller, quienes también podrían ser opciones viables.