Se está gestando una tormenta en cierta plataforma social en este momento. Los usuarios están inundando los comentarios diciendo que la última actualización del algoritmo les hace sentir que literalmente están pagando por su propio silencio. ¿La ironía? Las personas que pagaron por esa insignia azul de verificación ahora amenazan con abandonarla por completo.

Las quejas se acumulan rápidamente. Algunos usuarios afirman que su alcance cayó en picado de la noche a la mañana a pesar de pagar por funciones premium. Otros lo califican como un sistema de "pagar para perder visibilidad". La frustración es real: varias cuentas ya están anunciando que cancelan sus suscripciones.

Lo sorprendente es lo rápido que cambió el sentimiento. Hace solo unos meses, esa marca de verificación se consideraba un símbolo de estatus. Ahora está convirtiéndose en una carga a ojos de muchos usuarios. La reacción pone de relieve una cuestión más amplia sobre las plataformas centralizadas: ¿quién controla realmente el alcance y la visibilidad del contenido?