He visto a demasiada gente llena de confianza durante el mercado alcista, creyendo que serían el próximo Buffett, pero tras un ciclo bajista, su cuenta queda a cero y desaparecen del grupo. Después, a veces me los cruzo en sus redes: o están vendiendo seguros, o ya no mencionan para nada el mundo cripto.

Perder dinero no es lo más aterrador; lo peor son las maniobras absurdas que se hacen cuando la mentalidad se viene abajo. Perseguir subidas y vender en caídas, ir all-in para pillar el suelo, pedir dinero prestado para promediar... Cada paso está impulsado por la avaricia, cada paso te empuja más al abismo.

En el mundillo cripto hay un viejo dicho: "Mantener es ganar", pero los que realmente aguantan son muy pocos. ¿Por qué? Porque la mayoría no busca riqueza, sino emociones fuertes. Lo que disfrutan es esa aceleración del corazón al ver moverse las velas del gráfico, no el crecimiento constante del patrimonio.

Con el tiempo entendí una cosa: los que sobreviven en este mercado no son los más técnicos, ni los mejor informados, sino los que tienen la mente más tranquila. Saben lo que quieren, lo que pueden soportar, cuándo actuar y cuándo quedarse quietos. No se ponen celosos al ver las ganancias de otros, ni pierden el sueño cuando el mercado se desploma.

Al final, el trading no es una batalla de conocimientos, sino de carácter.

Nunca ganarás más de lo que tu mentalidad te permite. Y aunque alguna vez lo logres por casualidad, el mercado encontrará la forma de recuperarlo. Estar satisfecho no es rendirse, es conocer tus propios límites. Aquellos que logran mantener la calma en este mercado loco, tarde o temprano se quedarán con su parte.