Las "clases" en el mundo de las monedas están consolidándose silenciosamente

El mundo de las criptomonedas ha sido visto por muchos como la última oportunidad para cambiar su destino. Pero si llevas tiempo en esta industria, descubrirás una realidad que duele: la diferenciación de clases aquí es más rápida y brutal que en cualquier industria tradicional.

La lógica del monopolio de recursos en las grandes plataformas

Algunos eventos recientes en el sector hacen que esta división sea claramente visible. Cuando los exchanges de primer nivel organizan eventos, suelen destinar los mejores recursos a unos pocos KOL — vuelos privados, hoteles de cinco estrellas, oportunidades para tomarse fotos con líderes del sector. Estos líderes de opinión, “mantenidos”, luego muestran estos privilegios en las redes sociales, sugiriendo con toda claridad:

Nosotros somos diferentes, somos superiores.

Pero lo interesante es que la verdadera fuente de ingresos de los exchanges proviene precisamente de los pequeños inversores marginados — a los que llaman “repollo” (韭菜). Son sus comisiones de trading y el flujo de fondos los que sostienen toda la economía del ecosistema. Sin embargo, estos no tienen voz, no tienen representación y ni siquiera el derecho a ser respetados.

Esto en esencia no difiere mucho del sistema de castas de la antigüedad: el poder está en manos de unos pocos, que dictan las reglas del juego; los demás, o se asimilan o son excluidos.

La ilusión y la realidad del “ascenso social”

Muchos entran en el mundo de las Cripto con la misma idea: no ven futuro en los sectores tradicionales, el techo salarial es bajo y el crecimiento se estanca. Al escuchar las historias de riqueza en las Cripto, deciden arriesgarse. Ya sea inversor o creador de proyectos, las razones para entrar en el sector son sorprendentemente similares.

Pero el problema es:

¿Por qué crees que no puedes competir en otros sectores y piensas que en Cripto sí podrás?

Un novato sin experiencia que entra en el mercado enfrenta su primer obstáculo: el ingreso de fondos. Pero para los estafadores, estos novatos son las presas más fáciles — aún no han perdido dinero, su defensa mental es débil. Los estafadores usan la estrategia de mostrar ganancias para atraerlos a comerciar, y los novatos que pensaban acumular Cripto terminan convirtiéndose en jugadores, perdiendo todo al final.

Según datos de plataformas de trading, la vida útil efectiva de un nuevo usuario es de solo tres meses. Es decir, la mayoría de los que entran, o pierden todo en ese período o se rinden.

En casos extremos, algunos caen en esquemas Ponzi. Muchos “mentores” ni siquiera entienden bien el esquema, pero llevan a novatos a jugar con fondos, prometiendo altos retornos, hasta que un día no pueden retirar y descubren que todo era una estafa — pero ya es demasiado tarde.

La brecha de percepción detrás de la “recolección de repollo”: la desconexión cognitiva

Incluso si logras esquivar las estafas, aprender lo básico y entender cómo funciona la cadena, aún puedes caer en trampas con tokens basura o monedas clonadas. La tendencia en Cripto es que los nuevos que entran suelen tener un fuerte espíritu de apuesta, y se dejan atraer por proyectos que prometen ganancias astronómicas.

Solo unos pocos conscientes de que “entran para ganar dinero, no para regalarlo” son realmente raros. La mayoría solo despierta cuando ya han perdido una ronda completa.

En ese momento, algunos empiezan a participar en “recolectar” — airdrops, “honey pots”. Pero los airdrops de hoy ya no son las ventajas fáciles de antes; los requisitos se van elevando. Ahora, participar en airdrops requiere habilidades de investigación y un capital considerable, lo que deja fuera a la mayoría de los pequeños inversores.

Por eso, aunque parezca que hay mil caminos frente a ti, en realidad, para la mayoría, no hay ninguno.

Las cadenas de pensamiento y la búsqueda de libertad financiera

Ocasionalmente, veo publicaciones que duelen: alguien dice:

Si tuviera 10 millones, pondría todo en Bitcoin.

Pero solo tengo 100,000, así que solo puedo ponerlo en tokens basura.

Esto refleja la mentalidad de muchas personas. Pero lo curioso es que, incluso si realmente tuvieras 10 millones, seguirías apostando por tokens basura — la cantidad de dinero no determina la decisión, sino el nivel de conocimiento.

Por otro lado, quienes piensan con claridad, aunque solo tengan 5,000, comprarían Bitcoin si creen en él. La cantidad de dinero no importa; lo que importa es qué tienes en la cabeza.

Las personas que pagan por recargar, pero son las que menos respeto reciben

Después de todo esto, la sensación principal es una: los repollos son demasiado difíciles.

Las oportunidades de beneficio en la industria ya han sido devoradas por quienes están en la cima de la cadena alimenticia. Cada día, nuevos entran en Cripto, sin saber que en realidad ya no tienen salida. Los que más recargan en el sector, paradójicamente, son los que menos respeto reciben en la industria.

Es más difícil que nunca salir de la pobreza, y los pequeños inversores difícilmente cambian su suerte.

Por supuesto, la industria en sí sigue desarrollándose y hay logros innovadores. Pero eso no significa que no haya problemas. Al contrario, el rápido crecimiento trae consigo expansión desordenada y desigualdad sistémica. Desde esta perspectiva, la cautela de los reguladores no carece de razón.

La industria avanza, pero en ese proceso también se acumulan problemas. Es fácil no verlos en los buenos tiempos, pero tarde o temprano alguien tendrá que decirlo. ¿Qué opináis?