El metal amarillo enfrenta vientos en contra en medio de un cambio en las perspectivas de recortes de tasas
Los operadores de oro están lidiando con un panorama cambiante a medida que la atención del mercado se desplaza hacia una serie de indicadores económicos entrantes. Los futuros de oro Comex de noviembre retrocedieron $19.30 para situarse en $4,068.30 por onza troy (bajando un 0.47%), mientras que la plata Comex de noviembre subió modestamente $0.35 hasta $50.625 por onza troy (subiendo un 0.07%).
La tensión subyacente proviene de las expectativas en evolución sobre las próximas decisiones de tasas de la Reserva Federal. Los comentarios recientes de funcionarios de la Fed han moderado el entusiasmo por recortes adicionales de tasas de interés, lo que ha llevado a los inversores a recalibrar sus pronósticos. Actualmente, los participantes del mercado asignan solo un 40.9% de probabilidad a un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de la Fed del 9-10 de diciembre, un cambio significativo respecto a las probabilidades anteriores que superaban el 50%. Esta recalibración marca un punto de inflexión crítico para activos sin rendimiento como el oro, que generalmente se benefician cuando los costos de endeudamiento permanecen bajos.
Los datos económicos que se publicarán en las próximas semanas serán fundamentales para moldear el entorno de tasas del oro y la dirección de la política de la Fed. Las cifras de empleo de septiembre se publicarán el jueves, pero las lecturas más completas de inflación y mercado laboral están programadas para meses posteriores. Este calendario de publicaciones escalonado deja a los mercados interpretando las señales mientras se preparan para una posible volatilidad.
Factores de apoyo persisten a pesar de los vientos en contra a corto plazo. Los bancos centrales de todo el mundo continúan acumulando reservas de oro, proporcionando una base de demanda que sostiene los precios. Las incertidumbres geopolíticas y las presiones fiscales a nivel mundial mantienen el atractivo del oro como cobertura estratégica. El Tesoro de EE. UU. enfrenta otra fecha límite de financiamiento para el 30 de enero, lo que podría reavivar la turbulencia en el mercado.
La dinámica de las monedas también merece atención. El dólar estadounidense, que se está consolidando, ha reducido el atractivo del oro para los compradores internacionales, añadiendo presión de venta. Sin embargo, los analistas siguen posicionados de manera constructiva respecto al oro, anticipando una resistencia impulsada por la demanda sostenida de los bancos centrales y la incertidumbre macroeconómica persistente. La trayectoria de las expectativas de tasas de interés futuras determinará en última instancia si este metal amarillo puede establecer un piso sostenible.
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El metal amarillo enfrenta vientos en contra en medio de un cambio en las perspectivas de recortes de tasas
Los operadores de oro están lidiando con un panorama cambiante a medida que la atención del mercado se desplaza hacia una serie de indicadores económicos entrantes. Los futuros de oro Comex de noviembre retrocedieron $19.30 para situarse en $4,068.30 por onza troy (bajando un 0.47%), mientras que la plata Comex de noviembre subió modestamente $0.35 hasta $50.625 por onza troy (subiendo un 0.07%).
La tensión subyacente proviene de las expectativas en evolución sobre las próximas decisiones de tasas de la Reserva Federal. Los comentarios recientes de funcionarios de la Fed han moderado el entusiasmo por recortes adicionales de tasas de interés, lo que ha llevado a los inversores a recalibrar sus pronósticos. Actualmente, los participantes del mercado asignan solo un 40.9% de probabilidad a un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de la Fed del 9-10 de diciembre, un cambio significativo respecto a las probabilidades anteriores que superaban el 50%. Esta recalibración marca un punto de inflexión crítico para activos sin rendimiento como el oro, que generalmente se benefician cuando los costos de endeudamiento permanecen bajos.
Los datos económicos que se publicarán en las próximas semanas serán fundamentales para moldear el entorno de tasas del oro y la dirección de la política de la Fed. Las cifras de empleo de septiembre se publicarán el jueves, pero las lecturas más completas de inflación y mercado laboral están programadas para meses posteriores. Este calendario de publicaciones escalonado deja a los mercados interpretando las señales mientras se preparan para una posible volatilidad.
Factores de apoyo persisten a pesar de los vientos en contra a corto plazo. Los bancos centrales de todo el mundo continúan acumulando reservas de oro, proporcionando una base de demanda que sostiene los precios. Las incertidumbres geopolíticas y las presiones fiscales a nivel mundial mantienen el atractivo del oro como cobertura estratégica. El Tesoro de EE. UU. enfrenta otra fecha límite de financiamiento para el 30 de enero, lo que podría reavivar la turbulencia en el mercado.
La dinámica de las monedas también merece atención. El dólar estadounidense, que se está consolidando, ha reducido el atractivo del oro para los compradores internacionales, añadiendo presión de venta. Sin embargo, los analistas siguen posicionados de manera constructiva respecto al oro, anticipando una resistencia impulsada por la demanda sostenida de los bancos centrales y la incertidumbre macroeconómica persistente. La trayectoria de las expectativas de tasas de interés futuras determinará en última instancia si este metal amarillo puede establecer un piso sostenible.