La mayoría de la gente aún no se da cuenta de esto:
Pi no es solo otro proyecto criptográfico, es el primer experimento descentralizado a gran escala, respaldado por un consenso global. No hay capital, no hay barreras tecnológicas: solo un teléfono y el deseo de ser parte de la revolución. Ahora que la red principal está en funcionamiento y el ecosistema se está desplegando, esto no es el final, es el comienzo de una nueva era. El futuro no es solo Web3. Esta es una web3, gestionada por personas. Y Pi allana el camino.
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La mayoría de la gente aún no se da cuenta de esto:
Pi no es solo otro proyecto criptográfico, es el primer experimento descentralizado a gran escala, respaldado por un consenso global.
No hay capital, no hay barreras tecnológicas: solo un teléfono y el deseo de ser parte de la revolución.
Ahora que la red principal está en funcionamiento y el ecosistema se está desplegando, esto no es el final, es el comienzo de una nueva era.
El futuro no es solo Web3.
Esta es una web3, gestionada por personas.
Y Pi allana el camino.