Otro día más en el mundo cripto sin nada realmente nuevo. Veo que en el grupo todos están cotilleando sin parar y criticando al equipo del último proyecto que ha tenido problemas (o al “gran gurú” que ha vuelto a caer), y de repente me parece todo bastante aburrido, ni siquiera tengo ganas de escribir para participar.

Esos supuestos “bombazos”, en realidad, no tienen mucho que ver con nosotros. Nos sumamos al revuelo y reenviamos la noticia solo para encontrar un poco de consuelo barato pensando: “menos mal que no me ha pasado a mí”.

Admítelo, ninguno somos tan nobles. A veces, mientras insultamos a los estafadores, por dentro sentimos cierta envidia porque al menos ellos han ganado dinero; y cuando nos reímos de los que han sido “cazados”, es porque tememos que nos vean también como unos pardillos. Todo son emociones, todo es interés.