Desde pequeños, lo que más hemos escuchado es a esa gente presumir con el “el conocimiento cambia el destino”, pero la mayoría de las veces, por muchos libros que leas, no te alcanza para comprarte un piso en el centro de la ciudad. Entonces, ¿por qué seguimos esforzándonos por aprender? Pues porque:
Para que no te tomen por tonto: Cuando tienes la cabeza vacía, cualquiera puede aprovecharse de ti, y cualquier rumor te quita el sueño. Si tienes un poco más de sentido común, al menos puedes proteger tu cartera.
Para tener algo de seguridad: Aprender una habilidad extra no es para trabajar más para tu jefe, sino para que el día que la empresa vaya mal, o te hartes de todo, tengas el valor de poner la carta de dimisión sobre la mesa.
Para poder expresarte bien: Cuando la vida te golpea, además de enfadarte o frustrarte, puedes argumentar con razón y defender tu postura, en vez de lamentarte después por no haber sabido responder en el momento.
El aprendizaje no te salva de los apuros ni te hará rico de la noche a la mañana, pero sí puede ayudarte a que, cuando las cosas vayan mal, no pases tanta vergüenza.
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Desde pequeños, lo que más hemos escuchado es a esa gente presumir con el “el conocimiento cambia el destino”, pero la mayoría de las veces, por muchos libros que leas, no te alcanza para comprarte un piso en el centro de la ciudad. Entonces, ¿por qué seguimos esforzándonos por aprender? Pues porque:
Para que no te tomen por tonto: Cuando tienes la cabeza vacía, cualquiera puede aprovecharse de ti, y cualquier rumor te quita el sueño. Si tienes un poco más de sentido común, al menos puedes proteger tu cartera.
Para tener algo de seguridad: Aprender una habilidad extra no es para trabajar más para tu jefe, sino para que el día que la empresa vaya mal, o te hartes de todo, tengas el valor de poner la carta de dimisión sobre la mesa.
Para poder expresarte bien: Cuando la vida te golpea, además de enfadarte o frustrarte, puedes argumentar con razón y defender tu postura, en vez de lamentarte después por no haber sabido responder en el momento.
El aprendizaje no te salva de los apuros ni te hará rico de la noche a la mañana, pero sí puede ayudarte a que, cuando las cosas vayan mal, no pases tanta vergüenza.