He visto decenas de vídeos sobre “cómo ganar más de 10.000 euros al mes con un trabajo secundario” y “modelos mentales de élite”, y la verdad, aparte de alimentar al algoritmo, mi saldo bancario no ha sumado ni un cero más.

Ya sea para ganar dinero o mejorar uno mismo, nuestro mayor error es pensar que “haber visto” equivale a “saber hacer”. Tener cientos de recursos guardados en favoritos es como comprar analgésicos para la ansiedad. Cada vez que pulso el botón de guardar, la dopamina que libera mi cerebro me hace pensar que ya me he esforzado, cuando en realidad solo he cambiado de postura para seguir tumbado.

En cuanto a invertir, los gurús siempre dicen que “hay que hacerse amigo del tiempo”, pero cuando veo que mi cuenta se reduce, solo quiero romper con el tiempo. Entendemos los principios, como el interés compuesto o las inversiones periódicas, pero cuando realmente necesitamos dinero o el mercado se hunde, la mentalidad se viene abajo igual. Admitámoslo, la mayoría de nosotros no ganaremos más dinero del que nuestra comprensión nos permite; si conseguimos no ser víctimas y mantener el capital, ya estamos por delante de la mayoría.

Deja de pensar en “preparar un gran plan” para dar un giro de 180 grados de la noche a la mañana. Cada vez que juras “a partir de mañana me levantaré a las cinco todos los días y leeré dos horas”, casi siempre abandonas al tercer día. Acepta tu debilidad y tu normalidad, no te pongas un guion perfecto. Es mejor hacer bien una pequeña cosa hoy, como tomar una taza menos de té con leche o leer dos páginas más, que elaborar un plan grandioso a cinco años.

La vida no es un anime épico, no hay tantos momentos de despertar repentino. Aunque sea arrastrándote, mientras sigas avanzando, es mejor que quedarte parado sintiendo ansiedad.