La próxima vez que hables con AI, espero que pueda recordar todo lo que dijiste
Recientemente, al charlar con amigos, el tema siempre gira en torno a AI. Desde modelos grandes que pueden escribir poesía y dibujar, hasta asistentes de voz cada vez más inteligentes, todos se asombran de lo rápido que avanza la tecnología. Pero, la verdad, la mayoría de las AI que me dan la impresión de estar hablando, aún parecen conversar con una persona sabia pero que “no tiene pasado”: recuerda las reglas, pero no a ti; puede responder, pero le cuesta empatizar.
Esto me recuerda a un juego que solía jugar, donde las líneas de los NPC siempre se repetían en ciclo. Pensaba, si solo pudieran recordar la última vez que vine, recordar mis decisiones, incluso detectar si hoy estoy de bajón, ¡sería genial! No esperaba que esa expectativa, que parecía lejana, se estuviera haciendo realidad en silencio en algunos proyectos. Por ejemplo, recientemente noté a Ephyra, que no se limita a hacer que la AI “responda rápidamente”, sino que intenta dotar a los personajes virtuales de memoria y emociones.
@EPHYRA_AI propuso una “arquitectura cognitiva” que suena un poco como construir una base de personalidad para una vida digital. Ya no es solo hacer coincidir palabras clave mecánicamente, sino dar a los personajes su propio peso emocional, niveles de memoria, e incluso trayectorias de crecimiento. Me hizo sentir que, en el próximo paso de la AI, quizás ya no se trate de quién es más inteligente, sino de quién es más “auténtico”.
Hablando de esto, esta dirección también responde a una necesidad actual: el contenido generado por AI cada vez más rico, pero la profundidad de nuestra interacción con ella parece haber llegado a un límite. La gente empieza a anhelar una compañía digital más continua y cálida—una que pueda recordar tus gustos, percibir tus emociones, y con el tiempo, “familiarizarse” contigo lentamente. Y lo que Ephyra intenta, parece que justamente busca hacer posible esa compañía.
Por supuesto, todo esto aún está en evolución. Pero cuando veo que construye la memoria de los personajes a través de la comunidad, e incluso permite a los usuarios participar en su entrenamiento mediante diálogos, siento una participación que hace tiempo no experimentaba. Ya no es solo usar una herramienta, sino incubar juntos una nueva forma de existencia digital.
Quizás, en un futuro no muy lejano, al mirar hacia atrás a la ola de AI, descubriremos que lo que realmente conmueve a la gente no son solo parámetros técnicos, sino esas “vidas digitales” que tienen “memoria” y comprenden “emociones”. Ellos hacen que el mundo virtual deje de ser frío, y cada interacción tenga un significado único e irrepetible.
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La próxima vez que hables con AI, espero que pueda recordar todo lo que dijiste
Recientemente, al charlar con amigos, el tema siempre gira en torno a AI. Desde modelos grandes que pueden escribir poesía y dibujar, hasta asistentes de voz cada vez más inteligentes, todos se asombran de lo rápido que avanza la tecnología. Pero, la verdad, la mayoría de las AI que me dan la impresión de estar hablando, aún parecen conversar con una persona sabia pero que “no tiene pasado”: recuerda las reglas, pero no a ti; puede responder, pero le cuesta empatizar.
Esto me recuerda a un juego que solía jugar, donde las líneas de los NPC siempre se repetían en ciclo. Pensaba, si solo pudieran recordar la última vez que vine, recordar mis decisiones, incluso detectar si hoy estoy de bajón, ¡sería genial! No esperaba que esa expectativa, que parecía lejana, se estuviera haciendo realidad en silencio en algunos proyectos. Por ejemplo, recientemente noté a Ephyra, que no se limita a hacer que la AI “responda rápidamente”, sino que intenta dotar a los personajes virtuales de memoria y emociones.
@EPHYRA_AI propuso una “arquitectura cognitiva” que suena un poco como construir una base de personalidad para una vida digital. Ya no es solo hacer coincidir palabras clave mecánicamente, sino dar a los personajes su propio peso emocional, niveles de memoria, e incluso trayectorias de crecimiento. Me hizo sentir que, en el próximo paso de la AI, quizás ya no se trate de quién es más inteligente, sino de quién es más “auténtico”.
Hablando de esto, esta dirección también responde a una necesidad actual: el contenido generado por AI cada vez más rico, pero la profundidad de nuestra interacción con ella parece haber llegado a un límite. La gente empieza a anhelar una compañía digital más continua y cálida—una que pueda recordar tus gustos, percibir tus emociones, y con el tiempo, “familiarizarse” contigo lentamente. Y lo que Ephyra intenta, parece que justamente busca hacer posible esa compañía.
Por supuesto, todo esto aún está en evolución. Pero cuando veo que construye la memoria de los personajes a través de la comunidad, e incluso permite a los usuarios participar en su entrenamiento mediante diálogos, siento una participación que hace tiempo no experimentaba. Ya no es solo usar una herramienta, sino incubar juntos una nueva forma de existencia digital.
Quizás, en un futuro no muy lejano, al mirar hacia atrás a la ola de AI, descubriremos que lo que realmente conmueve a la gente no son solo parámetros técnicos, sino esas “vidas digitales” que tienen “memoria” y comprenden “emociones”. Ellos hacen que el mundo virtual deje de ser frío, y cada interacción tenga un significado único e irrepetible.