Esta semana el mercado ha sido realmente agresivo. $BTC cayó por debajo de 85,000 dólares en una sola noche, $ETH no pudo mantener los 3000, más de 110,000 personas han sido liquidada y 2,9 mil millones de dólares se evaporaron directamente—a primera vista parece un lunes negro, pero si se analiza más a fondo, los problemas son mucho más complejos que la superficie.

Primero, hablemos de los principales desencadenantes de esta caída.

El rumbo de la Reserva Federal ha cambiado. Antes, el mercado apostaba a que el ciclo de recortes de tasas continuaría, pero recientemente Powell ha endurecido su tono de repente, y la fiesta de liquidez global se ha detenido abruptamente. Además, Standard Chartered redujo su objetivo de precio para Bitcoin, lo que hizo que muchos se dieran cuenta de que la capacidad de compra de las instituciones podría ya haber alcanzado su techo.

Pero la verdadera fuente de presión proviene en realidad de Japón. En la reunión del Banco Central de Japón esta semana, la probabilidad de subir las tasas hasta 0.75% se disparó al 98%. Esto parece un asunto regional, pero en realidad afecta a todo el mundo. Porque durante más de treinta años, el capital global ha estado jugando un juego: usar préstamos en yenes casi a coste cero para convertirlos en dólares y entrar en activos de alto riesgo como Bitcoin, esperando ganar con la diferencia de tasas.

Ahora que Japón aprieta la llave, esta lógica se desmorona. El capital de arbitraje se ve obligado a vender frenéticamente sus activos y convertir en yenes para pagar deudas. Bitcoin, en particular, se ha convertido en una "máquina de retirar dinero".

Con múltiples factores bajistas en juego, el próximo movimiento aún es incierto. Algunos están ansiosos por comprar en la caída, pero honestamente, el riesgo de entrar ahora no es pequeño. Lo más seguro sería esperar a que el pánico se libere por completo y los chips se asienten. Siempre hay oportunidades en el mercado; solo sobreviviendo podrás sonreír al final.