La tendencia reciente ha sido brutal, especialmente en las monedas pequeñas, con caídas alarmantes que han obligado a muchos inversores a cerrar sus posiciones y huir. Pero hay un detalle que resulta interesante: aunque activos principales como Bitcoin y Ethereum también están bajando, muestran una resistencia mucho mayor, e incluso están rebotando en puntos clave — ¿qué significa esto exactamente? No indica que vaya a llegar un mercado bajista, sino que las instituciones están ordenando sus posiciones, eliminando las que son ineficientes y apostando con fuerza en los activos centrales y con mayor certeza.

Mirando el flujo de fondos de este año, todo queda claro. La bolsa de EE. UU. está en auge, pero en el ámbito de las criptomonedas se observa una clara diferenciación. Grandes instituciones como JPMorgan y Wells Fargo están invirtiendo agresivamente en ETFs de Bitcoin en el tercer trimestre (IBIT), mientras que ignoran por completo las altcoins. ¿Por qué? Porque las instituciones solo apuestan a dos tipos de activos: primero, aquellos con un marco regulatorio claro (como los ETFs de Bitcoin y Ethereum), y segundo, los que tienen suficiente liquidez (como SOL, BNB y otros tokens de los principales exchanges). Esto no es una señal de que el mercado alcista haya terminado, sino un cambio de «mentalidad de lotería» a «pensamiento institucional».

La caída masiva de las altcoins, en realidad, confirma esta lógica. Revisando la historia, cada gran movimiento del mercado ha pasado por una fase de limpieza: los proyectos basura se deshacen de sus fondos, y el capital se concentra en los activos con mayor consenso. Actualmente, el índice ponderado de altcoins ha caído a niveles cercanos a 2020, lo cual es precisamente una señal de que el mercado ha terminado de limpiar. Los market makers ya no protegen el mercado, lo que indica que los grandes actores han huido por completo, y las instituciones están enviando un mensaje claro a los minoristas: solo los activos principales son confiables.

En otras palabras, esto no es el fin, sino más bien una preparación para una nueva fase de arranque.