No todas las acciones son iguales. Las acciones comunes y las acciones preferentes emitidas por las empresas parecen ser certificados de propiedad, pero en realidad son dos caminos de inversión completamente diferentes. En cinco años, el S&P 500 subió un 57,60%, mientras que el índice de acciones preferentes de EE. UU. cayó un 18,05%—el mismo mercado, ¿por qué la diferencia es tan grande? La clave está en que la lógica subyacente de estos dos tipos de acciones es completamente opuesta.
Si eres este tipo de inversor, elige acciones comunes:
Eres joven, con un ciclo de inversión de 20-30 años
Puedes soportar una volatilidad del precio de las acciones superior al 50%
Quieres participar en las decisiones de la empresa (ejercer derechos de voto)
Buscas apreciación de capital en lugar de ingresos fijos
Si prefieres ingresos estables, las acciones preferentes son más adecuadas:
Estás cerca de la jubilación o ya jubilado
Necesitas flujo de efectivo periódico
Puedes aceptar que el precio de la acción no suba mucho
Deseas tener prioridad en la compensación en caso de liquidación de la empresa
Acciones preferentes: una acción “casi bono”
Las acciones preferentes tienen algo especial—no son completamente acciones ni completamente bonos, sino un producto híbrido entre ambos.
¿Cuál es su característica principal? ¡Un dividendo fijo!
El dividendo de las acciones comunes depende del estado de ánimo de la empresa—si gana dinero, reparte; si pierde, no reparte. Pero las acciones preferentes, en cambio, prometen pagar dividendos a tasa fija o preestablecida. Lo más duro es que algunas acciones preferentes también prometen acumular dividendos: si no se repartieron en el año anterior, deben pagarse en el siguiente, sin excusas.
Por eso, los inversores conservadores las aman—sus rendimientos son previsibles. Pero, ¿a qué costo? No tienen derecho a voto. No puedes participar en las juntas de accionistas para decidir asuntos importantes de la empresa; solo recibes dividendos y te quedas sentado tranquilamente.
¿Cuántas formas hay de jugar con las acciones preferentes?
Acciones preferentes convertibles: pueden convertirse en acciones comunes bajo ciertas condiciones; si la empresa despega, tú también subes con ella
Acciones preferentes redimibles: la empresa puede recomprarlas a un precio acordado, como si tuviera una “opción de salida”
Acciones preferentes participativas: si la empresa gana mucho, además del dividendo fijo, puedes participar en las ganancias
¿Por qué las acciones preferentes son tan sensibles a las tasas de interés?
El atractivo de las acciones preferentes depende de su rendimiento. Cuando el banco central baja las tasas, un dividendo fijo del 5% resulta muy atractivo; pero cuando las tasas suben a 6-7%, ¿quién querría acciones preferentes con un 5%? El mercado las devaluará. Por eso, en 2020-2021, cuando los rendimientos de los bonos subieron mucho, las acciones preferentes cayeron en conjunto.
Pero esto no significa que las acciones preferentes sean “malas”. Solo que en entornos de altas tasas de interés, las herramientas de gestión de efectivo (como los fondos monetarios) se vuelven más atractivas. Cuando las tasas vuelvan a bajar, las acciones preferentes volverán a brillar.
Acciones comunes: una espada de doble filo con riesgo y recompensa
Las acciones comunes son las más “democráticas”—puedes votar, recibir dividendos y tienen potencial de crecimiento ilimitado. Pero esta libertad tiene un precio.
Tres ventajas principales de las acciones comunes:
Derechos de voto: no solo inviertes dinero, también tienes voz. Participas en la elección de directivos y en las decisiones estratégicas
Potencial de apreciación ilimitada: en teoría, una acción puede subir de $10 a $100, incluso a $1000. Las acciones preferentes no pueden, su precio máximo está básicamente limitado por su rendimiento
Alta liquidez: las acciones comunes se negocian en gran volumen, si quieres vender, puedes hacerlo sin problema
¿Y los riesgos?
Alta volatilidad: una mala noticia puede hacer que caigan un 20%, quienes tienen poca tolerancia pueden vender en mínimos
Dividendos inestables: si la empresa pierde dinero, puede reducir o incluso dejar de pagar dividendos
Prioridad de pago más baja: en caso de quiebra, los acreedores y accionistas preferentes tienen prioridad, y a ti quizás no te quede nada
La diferencia clave entre ambos es clara a simple vista
Dimensión
Acciones preferentes
Acciones comunes
Naturaleza del dividendo
Fijo o preestablecido, prioridad de pago
Variable, depende de las ganancias de la empresa
Derechos de voto
Generalmente no
Sí
Volatilidad de precios
Baja (sensibles a tasas)
Alta (movimiento del mercado)
Potencial de apreciación
Casi nulo
Enorme
Prioridad en liquidación
Superior a las acciones comunes
Última en la fila
Liquidez
Limitada (bajo volumen)
Muy alta (especialmente en grandes empresas)
Perfil de inversor
Riesgo averso
Tolerante al riesgo
Datos: S&P 500 vs Índice de Acciones Preferentes de EE. UU.
Esta comparación ilustra claramente el asunto. En los últimos cinco años (2019-2024), ambos índices han seguido trayectorias completamente diferentes:
S&P 500: +57,60% (ganador de las acciones comunes)
Índice de Acciones Preferentes de EE. UU.: -18,05% (víctima del aumento de tasas)
¿Y por qué? Porque en 2022-2023, la Reserva Federal subió las tasas de interés de forma agresiva. Cuando la rentabilidad de riesgo cero pasa del 0,5% al 5%, esas acciones preferentes que solo ofrecen un 3-4% fijo dejan de ser atractivas. Además, el aumento de tasas golpea más fuerte a los bonos (el precio de los bonos y la tasa son inversamente proporcionales), y las acciones preferentes también caen.
Pero esto no significa que las acciones preferentes sean “malas”. Solo que en entornos de altas tasas, las herramientas de gestión de efectivo (como los fondos monetarios) son más atractivas. Cuando las tasas vuelvan a bajar, las acciones preferentes volverán a brillar.
Cualquier bróker regulado puede negociar ambos tipos de acciones. Proceso de apertura:
Enviar datos de identidad y financieros
Depositar fondos
Realizar órdenes (mercado o límite)
Si quieres evitar tener las acciones en propiedad, también puedes considerar CFD (contratos por diferencia) para negociar algunas acciones preferentes, pero asegúrate de que la plataforma soporte y tenga suficiente liquidez.
Paso 3: Monitorea y ajusta
No compres y te olvides. Revisa cada trimestre:
¿Se han reducido los dividendos preferentes?
¿Han cambiado los fundamentos de las acciones comunes?
¿El entorno de tasas ha cambiado significativamente?
Si la tendencia de tasas se invierte, quizás debas reconfigurar tu cartera.
En conclusión
Las acciones comunes y las acciones preferentes no son “una mejor que otra”, sino que sirven a diferentes objetivos. Los jóvenes deben apoyarse en acciones comunes para acumular riqueza; quienes están cerca de jubilarse, en cambio, prefieren las preferentes por mayor seguridad. Pero los inversores más expertos mantienen ambas y ajustan su peso según el entorno del mercado—cuando las tasas son bajas, aumentan las preferentes; cuando la economía pinta bien, incrementan las acciones comunes.
Lo importante es no confundirlas, porque eso puede llevar a pérdidas importantes.
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Acciones ordinarias vs Acciones preferentes: Elegir mal una, la rentabilidad puede ser el doble
No todas las acciones son iguales. Las acciones comunes y las acciones preferentes emitidas por las empresas parecen ser certificados de propiedad, pero en realidad son dos caminos de inversión completamente diferentes. En cinco años, el S&P 500 subió un 57,60%, mientras que el índice de acciones preferentes de EE. UU. cayó un 18,05%—el mismo mercado, ¿por qué la diferencia es tan grande? La clave está en que la lógica subyacente de estos dos tipos de acciones es completamente opuesta.
¿Quién debería elegir acciones comunes? ¿Y quién debería optar por acciones preferentes?
Si eres este tipo de inversor, elige acciones comunes:
Si prefieres ingresos estables, las acciones preferentes son más adecuadas:
Acciones preferentes: una acción “casi bono”
Las acciones preferentes tienen algo especial—no son completamente acciones ni completamente bonos, sino un producto híbrido entre ambos.
¿Cuál es su característica principal? ¡Un dividendo fijo!
El dividendo de las acciones comunes depende del estado de ánimo de la empresa—si gana dinero, reparte; si pierde, no reparte. Pero las acciones preferentes, en cambio, prometen pagar dividendos a tasa fija o preestablecida. Lo más duro es que algunas acciones preferentes también prometen acumular dividendos: si no se repartieron en el año anterior, deben pagarse en el siguiente, sin excusas.
Por eso, los inversores conservadores las aman—sus rendimientos son previsibles. Pero, ¿a qué costo? No tienen derecho a voto. No puedes participar en las juntas de accionistas para decidir asuntos importantes de la empresa; solo recibes dividendos y te quedas sentado tranquilamente.
¿Cuántas formas hay de jugar con las acciones preferentes?
¿Por qué las acciones preferentes son tan sensibles a las tasas de interés?
El atractivo de las acciones preferentes depende de su rendimiento. Cuando el banco central baja las tasas, un dividendo fijo del 5% resulta muy atractivo; pero cuando las tasas suben a 6-7%, ¿quién querría acciones preferentes con un 5%? El mercado las devaluará. Por eso, en 2020-2021, cuando los rendimientos de los bonos subieron mucho, las acciones preferentes cayeron en conjunto.
Pero esto no significa que las acciones preferentes sean “malas”. Solo que en entornos de altas tasas de interés, las herramientas de gestión de efectivo (como los fondos monetarios) se vuelven más atractivas. Cuando las tasas vuelvan a bajar, las acciones preferentes volverán a brillar.
Acciones comunes: una espada de doble filo con riesgo y recompensa
Las acciones comunes son las más “democráticas”—puedes votar, recibir dividendos y tienen potencial de crecimiento ilimitado. Pero esta libertad tiene un precio.
Tres ventajas principales de las acciones comunes:
¿Y los riesgos?
La diferencia clave entre ambos es clara a simple vista
Datos: S&P 500 vs Índice de Acciones Preferentes de EE. UU.
Esta comparación ilustra claramente el asunto. En los últimos cinco años (2019-2024), ambos índices han seguido trayectorias completamente diferentes:
¿Y por qué? Porque en 2022-2023, la Reserva Federal subió las tasas de interés de forma agresiva. Cuando la rentabilidad de riesgo cero pasa del 0,5% al 5%, esas acciones preferentes que solo ofrecen un 3-4% fijo dejan de ser atractivas. Además, el aumento de tasas golpea más fuerte a los bonos (el precio de los bonos y la tasa son inversamente proporcionales), y las acciones preferentes también caen.
Pero esto no significa que las acciones preferentes sean “malas”. Solo que en entornos de altas tasas, las herramientas de gestión de efectivo (como los fondos monetarios) son más atractivas. Cuando las tasas vuelvan a bajar, las acciones preferentes volverán a brillar.
Consejos prácticos: cómo elegir y distribuir
Paso 1: Evalúa tu etapa financiera
Paso 2: Elige la plataforma de negociación
Cualquier bróker regulado puede negociar ambos tipos de acciones. Proceso de apertura:
Si quieres evitar tener las acciones en propiedad, también puedes considerar CFD (contratos por diferencia) para negociar algunas acciones preferentes, pero asegúrate de que la plataforma soporte y tenga suficiente liquidez.
Paso 3: Monitorea y ajusta
No compres y te olvides. Revisa cada trimestre:
Si la tendencia de tasas se invierte, quizás debas reconfigurar tu cartera.
En conclusión
Las acciones comunes y las acciones preferentes no son “una mejor que otra”, sino que sirven a diferentes objetivos. Los jóvenes deben apoyarse en acciones comunes para acumular riqueza; quienes están cerca de jubilarse, en cambio, prefieren las preferentes por mayor seguridad. Pero los inversores más expertos mantienen ambas y ajustan su peso según el entorno del mercado—cuando las tasas son bajas, aumentan las preferentes; cuando la economía pinta bien, incrementan las acciones comunes.
Lo importante es no confundirlas, porque eso puede llevar a pérdidas importantes.