De la crisis al resurgir: el cambio dramático de Intel
Intel(NASDAQ: INTC) entró en 2025 en una situación crítica. El gigante de los semiconductores enfrentaba un vacío de liderazgo tras la salida inesperada del expresidente Pat Gelsinger, observaba cómo competidores como Advanced Micro Devices le arrebatan cuota de mercado y luchaba por ganar tracción con clientes interesados en sus servicios de fundición. Avanzando hasta hoy, la narrativa ha cambiado por completo. La acción ha más que duplicado su valor desde enero de 2025, y los analistas creen que este símbolo explosivo de recuperación podría ganar aún más impulso de cara a 2026.
Un nuevo liderazgo trae acciones decisivas
Cuando Lip-Bu Tan asumió como CEO en marzo de 2025, no perdió tiempo en implementar medidas drásticas. El veterano ejecutivo de semiconductores utilizó la tijera en los costos, realizando reducciones significativas en la plantilla y eliminando gastos innecesarios. Su famosa frase—“No más cheques en blanco”—indicó el fin de la era de Intel de despliegue de capital sin foco, especialmente en lo que respecta a inversiones en fundición.
La disciplina en costos de Tan fue acompañada por una agresiva estrategia de acuerdos. El Gobierno de EE. UU. inyectó capital convirtiendo subvenciones de la Ley CHIPS en casi un 10% de participación accionarial. SoftBank aportó $2 mil millones, mientras que Nvidia comprometió $5 mil millones—una asociación que dará lugar a CPUs híbridos para PC y servidores que combinan la tecnología de ambas empresas. Estos movimientos fortalecieron el balance de Intel a más de $30 mil millones en efectivo e inversiones a corto plazo para el tercer trimestre de 2025.
Los servicios de fundición toman un giro
La hoja de ruta de fabricación de Intel entra en una fase crítica. El proceso Intel 18A, la piedra angular de la ambiciosa estrategia de cinco nodos en cuatro años, ha alcanzado la preparación para producción. Panther Lake, el procesador portátil de próxima generación que utiliza 18A, se enviará antes de fin de año con una ramp-up de producción en volumen durante 2026. Clearwater Forest, una familia de CPUs para servidores, apunta a su lanzamiento en 2026 en el mismo nodo avanzado.
Mientras que los productos propios de Intel consumirán una capacidad sustancial de 18A, la adopción por parte de clientes externos—siempre un punto débil—finalmente está acelerándose. Se informa que Microsoft utilizó Intel 18A para sus procesadores de IA de próxima generación en octubre de 2025, traduciendo un anuncio vago de asociación de 2024 en una realidad concreta. Los comentarios de analistas a finales de año especularon que Apple podría seleccionar el proceso Intel 18A-P para chips M de gama media, potencialmente representando entre 15 y 20 millones de unidades anuales. Además, se sugiere que las variantes no-Pro del iPhone podrían cambiar a Intel 14A a partir de 2028.
Conseguir a Apple como cliente de fundición sería una validación decisiva, probablemente abriendo puertas a otros clientes destacados y acelerando la narrativa de recuperación de Intel.
Por qué 2026 podría ser un año decisivo
A pesar de la impresionante recuperación de la acción, las acciones de Intel siguen estando sustancialmente por debajo de sus picos históricos. El negocio de fundición no generará beneficios durante varios años incluso en escenarios optimistas. Sin embargo, el contexto estructural es convincente: la demanda de chips de IA ha creado restricciones severas de capacidad en TSMC, líder en fundición, justo cuando los procesos avanzados 18A y 14A de Intel están comenzando a estar disponibles.
Más allá de las ambiciones en fundición, los procesos de fabricación avanzados revitalizarán los segmentos tradicionales de CPUs para PC y servidores de Intel, mercados en los que la compañía ha perdido terreno frente a los competidores. La recuperación enfrenta un plazo de implementación de varios años, pero un cambio en el sentimiento del mercado podría catalizar otra carrera explosiva a medida que los inversores reconozcan el camino de Intel hacia un crecimiento sostenible y la restauración de su competitividad.
El escenario está preparado para que 2026 valide si la transformación de Intel es sustancia o humo.
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Las acciones de Intel preparadas para otra carrera explosiva en 2026: Aquí está el por qué
De la crisis al resurgir: el cambio dramático de Intel
Intel(NASDAQ: INTC) entró en 2025 en una situación crítica. El gigante de los semiconductores enfrentaba un vacío de liderazgo tras la salida inesperada del expresidente Pat Gelsinger, observaba cómo competidores como Advanced Micro Devices le arrebatan cuota de mercado y luchaba por ganar tracción con clientes interesados en sus servicios de fundición. Avanzando hasta hoy, la narrativa ha cambiado por completo. La acción ha más que duplicado su valor desde enero de 2025, y los analistas creen que este símbolo explosivo de recuperación podría ganar aún más impulso de cara a 2026.
Un nuevo liderazgo trae acciones decisivas
Cuando Lip-Bu Tan asumió como CEO en marzo de 2025, no perdió tiempo en implementar medidas drásticas. El veterano ejecutivo de semiconductores utilizó la tijera en los costos, realizando reducciones significativas en la plantilla y eliminando gastos innecesarios. Su famosa frase—“No más cheques en blanco”—indicó el fin de la era de Intel de despliegue de capital sin foco, especialmente en lo que respecta a inversiones en fundición.
La disciplina en costos de Tan fue acompañada por una agresiva estrategia de acuerdos. El Gobierno de EE. UU. inyectó capital convirtiendo subvenciones de la Ley CHIPS en casi un 10% de participación accionarial. SoftBank aportó $2 mil millones, mientras que Nvidia comprometió $5 mil millones—una asociación que dará lugar a CPUs híbridos para PC y servidores que combinan la tecnología de ambas empresas. Estos movimientos fortalecieron el balance de Intel a más de $30 mil millones en efectivo e inversiones a corto plazo para el tercer trimestre de 2025.
Los servicios de fundición toman un giro
La hoja de ruta de fabricación de Intel entra en una fase crítica. El proceso Intel 18A, la piedra angular de la ambiciosa estrategia de cinco nodos en cuatro años, ha alcanzado la preparación para producción. Panther Lake, el procesador portátil de próxima generación que utiliza 18A, se enviará antes de fin de año con una ramp-up de producción en volumen durante 2026. Clearwater Forest, una familia de CPUs para servidores, apunta a su lanzamiento en 2026 en el mismo nodo avanzado.
Mientras que los productos propios de Intel consumirán una capacidad sustancial de 18A, la adopción por parte de clientes externos—siempre un punto débil—finalmente está acelerándose. Se informa que Microsoft utilizó Intel 18A para sus procesadores de IA de próxima generación en octubre de 2025, traduciendo un anuncio vago de asociación de 2024 en una realidad concreta. Los comentarios de analistas a finales de año especularon que Apple podría seleccionar el proceso Intel 18A-P para chips M de gama media, potencialmente representando entre 15 y 20 millones de unidades anuales. Además, se sugiere que las variantes no-Pro del iPhone podrían cambiar a Intel 14A a partir de 2028.
Conseguir a Apple como cliente de fundición sería una validación decisiva, probablemente abriendo puertas a otros clientes destacados y acelerando la narrativa de recuperación de Intel.
Por qué 2026 podría ser un año decisivo
A pesar de la impresionante recuperación de la acción, las acciones de Intel siguen estando sustancialmente por debajo de sus picos históricos. El negocio de fundición no generará beneficios durante varios años incluso en escenarios optimistas. Sin embargo, el contexto estructural es convincente: la demanda de chips de IA ha creado restricciones severas de capacidad en TSMC, líder en fundición, justo cuando los procesos avanzados 18A y 14A de Intel están comenzando a estar disponibles.
Más allá de las ambiciones en fundición, los procesos de fabricación avanzados revitalizarán los segmentos tradicionales de CPUs para PC y servidores de Intel, mercados en los que la compañía ha perdido terreno frente a los competidores. La recuperación enfrenta un plazo de implementación de varios años, pero un cambio en el sentimiento del mercado podría catalizar otra carrera explosiva a medida que los inversores reconozcan el camino de Intel hacia un crecimiento sostenible y la restauración de su competitividad.
El escenario está preparado para que 2026 valide si la transformación de Intel es sustancia o humo.