La carrera por la inteligencia artificial está entrando en territorio desconocido. Mientras la industria ha estado durante mucho tiempo centrada en el dominio del software de IA, un cambio importante está remodelando silenciosamente el panorama competitivo: la diversificación del hardware y la integración profunda de agentes de IA. Estas fuerzas gemelas podrían alterar fundamentalmente qué empresas emergen como ganadoras. Y, según la posición actual, Alphabet(NASDAQ: GOOG)(NASDAQ: GOOGL) parece estar en una posición única para captar este punto de inflexión.
De uso interno a motor de ingresos: la apuesta de Alphabet por los chips
Durante años, Alphabet diseñó sus propios procesadores de inteligencia artificial—unidades de procesamiento tensoriales personalizadas (TPUs)—exclusivamente para operaciones internas. Esa era está llegando a su fin. Según informes de The Information, Meta Platforms está explorando activamente una asociación estratégica para adquirir los procesadores de Alphabet para su propia infraestructura, una transacción potencialmente valorada en miles de millones.
Este desarrollo tiene una importancia desproporcionada incluso cuando Nvidia(NASDAQ: NVDA) domina aproximadamente el 90% del mercado de GPU para centros de datos. Notablemente, la respuesta de Nvidia al interés reportado de Meta en los chips de Alphabet fue reveladora. La compañía declaró públicamente que estaba “encantada con el éxito de Google” y al mismo tiempo enfatizó que “NVIDIA está una generación por delante de la industria” — un mensaje que suena menos a confianza y más a una posición defensiva.
Los analistas de Morgan Stanley proyectan que si Alphabet monetiza su negocio de TPU, podría enviar entre 500,000 y 1 millón de unidades anualmente para 2027. Las implicaciones financieras son sustanciales: cada medio millón de procesadores vendidos podría traducirse en un aumento del 11% en los ingresos de la nube y un incremento del 3% en las ganancias por acción. Estas no son ganancias marginales—representan una diversificación significativa de ingresos para una empresa que ya genera 15.2 mil millones de dólares en ingresos trimestrales de Google Cloud (un aumento del 34% interanual en el Q3).
El campo de batalla del software: agentes de IA y dominio del mercado
Solo el hardware no determinará la trayectoria de Alphabet. La verdadera competencia se desarrolla en el software de IA, donde los agentes de inteligencia artificial están emergiendo como la próxima frontera crítica. ChatGPT de OpenAI actualmente domina la atención como el estándar de la industria, con empresas y desarrolladores que lo utilizan por defecto para proyectos de integración de IA.
Sin embargo, la respuesta de Alphabet con Gemini 3 demuestra que la compañía no cede terreno. La última versión maneja razonamiento complejo con una sofisticación “nivel PhD” y gestiona flujos de trabajo de múltiples pasos, como la automatización de reservas de servicios. Más revelador aún, Gemini ha alcanzado 650 millones de usuarios activos, mientras que la visión general de IA de Google—integrada sin problemas en Search—llega a más de 2 mil millones de usuarios mensuales.
La tensión competitiva es palpable. Se dice que Sam Altman, CEO de OpenAI, emitió una alerta de “código rojo” al personal respecto a la amenaza creciente de Alphabet, lo que llevó a un cambio estratégico hacia el desarrollo de ChatGPT a expensas de otras líneas de productos. Esta reacción subraya cómo las capacidades de software de IA de Alphabet han pasado de ser una curiosidad a una verdadera amenaza competitiva.
Señales del mercado: puntos de prueba de ingresos
El mercado ya está valorando el impulso de IA de Alphabet. El crecimiento del 34% interanual de Google Cloud a 15.2 mil millones de dólares en el tercer trimestre refleja directamente la tracción comercial de la integración de Gemini. Esto no es especulación—es una generación de ingresos a corto plazo, medible, derivada de las inversiones en software de IA.
Combinar el potencial de monetización del hardware con el éxito demostrado del software crea una ventaja compuesta. Alphabet está construyendo simultáneamente las herramientas (TPUs) que otros comprarán y las aplicaciones que los usuarios finales adoptarán. A medida que la carrera de IA se acelera, esta doble posición se vuelve cada vez más valiosa.
La próxima fase de la competencia en inteligencia artificial no será ganada solo por las empresas que destaquen en hardware o software. Recompensará a aquellas que operen en la intersección—empresas que controlen tanto la infraestructura como las aplicaciones que se ejecutan sobre ella. La arquitectura de Alphabet sugiere que ya está en esa carrera.
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Cómo la próxima frontera competitiva de la IA podría coronar a un líder del mercado
La carrera por la inteligencia artificial está entrando en territorio desconocido. Mientras la industria ha estado durante mucho tiempo centrada en el dominio del software de IA, un cambio importante está remodelando silenciosamente el panorama competitivo: la diversificación del hardware y la integración profunda de agentes de IA. Estas fuerzas gemelas podrían alterar fundamentalmente qué empresas emergen como ganadoras. Y, según la posición actual, Alphabet (NASDAQ: GOOG)(NASDAQ: GOOGL) parece estar en una posición única para captar este punto de inflexión.
De uso interno a motor de ingresos: la apuesta de Alphabet por los chips
Durante años, Alphabet diseñó sus propios procesadores de inteligencia artificial—unidades de procesamiento tensoriales personalizadas (TPUs)—exclusivamente para operaciones internas. Esa era está llegando a su fin. Según informes de The Information, Meta Platforms está explorando activamente una asociación estratégica para adquirir los procesadores de Alphabet para su propia infraestructura, una transacción potencialmente valorada en miles de millones.
Este desarrollo tiene una importancia desproporcionada incluso cuando Nvidia (NASDAQ: NVDA) domina aproximadamente el 90% del mercado de GPU para centros de datos. Notablemente, la respuesta de Nvidia al interés reportado de Meta en los chips de Alphabet fue reveladora. La compañía declaró públicamente que estaba “encantada con el éxito de Google” y al mismo tiempo enfatizó que “NVIDIA está una generación por delante de la industria” — un mensaje que suena menos a confianza y más a una posición defensiva.
Los analistas de Morgan Stanley proyectan que si Alphabet monetiza su negocio de TPU, podría enviar entre 500,000 y 1 millón de unidades anualmente para 2027. Las implicaciones financieras son sustanciales: cada medio millón de procesadores vendidos podría traducirse en un aumento del 11% en los ingresos de la nube y un incremento del 3% en las ganancias por acción. Estas no son ganancias marginales—representan una diversificación significativa de ingresos para una empresa que ya genera 15.2 mil millones de dólares en ingresos trimestrales de Google Cloud (un aumento del 34% interanual en el Q3).
El campo de batalla del software: agentes de IA y dominio del mercado
Solo el hardware no determinará la trayectoria de Alphabet. La verdadera competencia se desarrolla en el software de IA, donde los agentes de inteligencia artificial están emergiendo como la próxima frontera crítica. ChatGPT de OpenAI actualmente domina la atención como el estándar de la industria, con empresas y desarrolladores que lo utilizan por defecto para proyectos de integración de IA.
Sin embargo, la respuesta de Alphabet con Gemini 3 demuestra que la compañía no cede terreno. La última versión maneja razonamiento complejo con una sofisticación “nivel PhD” y gestiona flujos de trabajo de múltiples pasos, como la automatización de reservas de servicios. Más revelador aún, Gemini ha alcanzado 650 millones de usuarios activos, mientras que la visión general de IA de Google—integrada sin problemas en Search—llega a más de 2 mil millones de usuarios mensuales.
La tensión competitiva es palpable. Se dice que Sam Altman, CEO de OpenAI, emitió una alerta de “código rojo” al personal respecto a la amenaza creciente de Alphabet, lo que llevó a un cambio estratégico hacia el desarrollo de ChatGPT a expensas de otras líneas de productos. Esta reacción subraya cómo las capacidades de software de IA de Alphabet han pasado de ser una curiosidad a una verdadera amenaza competitiva.
Señales del mercado: puntos de prueba de ingresos
El mercado ya está valorando el impulso de IA de Alphabet. El crecimiento del 34% interanual de Google Cloud a 15.2 mil millones de dólares en el tercer trimestre refleja directamente la tracción comercial de la integración de Gemini. Esto no es especulación—es una generación de ingresos a corto plazo, medible, derivada de las inversiones en software de IA.
Combinar el potencial de monetización del hardware con el éxito demostrado del software crea una ventaja compuesta. Alphabet está construyendo simultáneamente las herramientas (TPUs) que otros comprarán y las aplicaciones que los usuarios finales adoptarán. A medida que la carrera de IA se acelera, esta doble posición se vuelve cada vez más valiosa.
La próxima fase de la competencia en inteligencia artificial no será ganada solo por las empresas que destaquen en hardware o software. Recompensará a aquellas que operen en la intersección—empresas que controlen tanto la infraestructura como las aplicaciones que se ejecutan sobre ella. La arquitectura de Alphabet sugiere que ya está en esa carrera.