Después de pasar por innumerables noches y amaneceres, reduciendo pérdidas repetidamente en medio de la pasión y el miedo, y reconstruyéndome a regañadientes en la autocrítica. He ganado, he fracasado, y al final entendí que lo más difícil no es vencer al mercado, sino enfrentar a ese yo que sabe que cometerá errores pero que debe ser firme. Detrás de cada mercado tranquilo, hay cientos de momentos silenciosos que has tragado.
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