Últimamente he oído a cada vez más personas hablar de una lógica: después de que el oro toque techo, el capital global buscará un nuevo lugar, y Bitcoin se convertirá en esa "bestia" gigante. Esta teoría suena impecable—oferta fija, mecanismo de halving, menor presión de venta de mineros y grandes tenedores, creando juntos un impacto en la oferta, todo parece una narrativa natural. Por eso, algunos dicen que cuando BTC se quede rezagado, los creyentes sonreirán y dirán: no está retrasado, está esperando. Esperando a que la corona del oro caiga, para luego activar su propio superciclo.
¿Suena tentador, verdad? Pero tras años en el mundo de las criptomonedas, he aprendido una regla muy simple: cuando todos empiezan a creer y esperar el mismo "guion perfecto", ese mismo guion ya lleva una trampa escondida. Expectativas de sobrevaloración, expectativas de consenso frágil—estas suelen ser más peligrosas que el mercado bajista en sí.
Por eso, he tomado una operación que parece contraria. No he ido todo en ese relato de "el oro toca techo, BTC despega", sino que he ajustado parte del dinero que originalmente pensaba "esperar a que venga el viento" a una asignación en stablecoins. No es una visión pesimista sobre Bitcoin, sino una decisión más pragmática.
La lógica central es simple: sin importar si esta narrativa grandiosa se cumple o cuándo se cumple, mis activos necesitan un "refugio" de respaldo. Este refugio no puede depender de una sola narrativa, sino que debe generar ingresos durante la larga espera, en lugar de solo depreciarse. El ecosistema de stablecoins satisface exactamente esa necesidad—proteger el poder adquisitivo del capital, y al mismo tiempo, permitir una asignación flexible en ciclos de volatilidad, para aprovechar oportunidades en lugar de soportar pasivamente.
Creo en el largo plazo de Bitcoin, pero confío aún más en que, en el camino accidentado hacia ese futuro, necesitamos un punto de apoyo estable. Esto no es una concesión, sino un equilibrio entre activos de alto riesgo y ganancias de certeza.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
10 me gusta
Recompensa
10
2
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
ReverseFOMOguy
· hace2h
嗯……又一个"esperando al viento" de la historia, al final el viento no vino y la gente ya se apalancó
Cuando todos tienen la misma idea, esa idea debería morir
Esta ola de configuración de stablecoins la entiendo, pero la verdadera pregunta es—¿puedes mantener esa paciencia?
El guion perfecto siempre termina siendo un guion de atrapamiento perfecto, lo he visto demasiadas veces
La fe en BTC es fe, pero la cuenta debe mantenerse viva hasta ese día
Ver originalesResponder0
LiquiditySurfer
· hace2h
Suena bien, pero la cuestión es si los intereses de las stablecoins realmente pueden superar las expectativas
Es realmente peligroso que todos estén esperando la misma historia, pero all in en stablecoins tampoco es necesariamente más seguro
Esta vez, algunos están hablando de la teoría del oro, pero lo que me interesa más es si, en ese momento, podrán copiar hasta el fondo
La configuración de stablecoins suena práctica, pero lo clave sigue siendo si los beneficios del ecosistema pueden mantenerse
El retraso de BTC, probablemente, es porque el mercado aún no lo ha pensado claramente
La expectativa de coherencia y la posible trampa, tienes razón, pero las operaciones en sentido contrario también pueden convertirte en un pez de carne
Esperar a que llegue el viento no es tan bueno como ahorrar balas, ya entendí esa lógica
En definitiva, se trata de mantener la flexibilidad, no dejarse atrapar por una narrativa única, ¿verdad?
Últimamente he oído a cada vez más personas hablar de una lógica: después de que el oro toque techo, el capital global buscará un nuevo lugar, y Bitcoin se convertirá en esa "bestia" gigante. Esta teoría suena impecable—oferta fija, mecanismo de halving, menor presión de venta de mineros y grandes tenedores, creando juntos un impacto en la oferta, todo parece una narrativa natural. Por eso, algunos dicen que cuando BTC se quede rezagado, los creyentes sonreirán y dirán: no está retrasado, está esperando. Esperando a que la corona del oro caiga, para luego activar su propio superciclo.
¿Suena tentador, verdad? Pero tras años en el mundo de las criptomonedas, he aprendido una regla muy simple: cuando todos empiezan a creer y esperar el mismo "guion perfecto", ese mismo guion ya lleva una trampa escondida. Expectativas de sobrevaloración, expectativas de consenso frágil—estas suelen ser más peligrosas que el mercado bajista en sí.
Por eso, he tomado una operación que parece contraria. No he ido todo en ese relato de "el oro toca techo, BTC despega", sino que he ajustado parte del dinero que originalmente pensaba "esperar a que venga el viento" a una asignación en stablecoins. No es una visión pesimista sobre Bitcoin, sino una decisión más pragmática.
La lógica central es simple: sin importar si esta narrativa grandiosa se cumple o cuándo se cumple, mis activos necesitan un "refugio" de respaldo. Este refugio no puede depender de una sola narrativa, sino que debe generar ingresos durante la larga espera, en lugar de solo depreciarse. El ecosistema de stablecoins satisface exactamente esa necesidad—proteger el poder adquisitivo del capital, y al mismo tiempo, permitir una asignación flexible en ciclos de volatilidad, para aprovechar oportunidades en lugar de soportar pasivamente.
Creo en el largo plazo de Bitcoin, pero confío aún más en que, en el camino accidentado hacia ese futuro, necesitamos un punto de apoyo estable. Esto no es una concesión, sino un equilibrio entre activos de alto riesgo y ganancias de certeza.