El banco Gelsenkirchen en Alemania saqueado por una banda de ladrones con perforadoras de nivel militar, robando 30 millones de euros, desatando una crisis de seguridad en las cajas fuertes físicas
(Resumen previo: El exnovio del fundador de OpenAI, Sam Altman, fue asaltado a mano armada, llevándose 11 millones de dólares en BTC y ETH)
(Información adicional: ¡Asaltan una bolsa de valores con una granada simulada! Un joven ruso de 21 años fue arrestado en el acto)
Tras las vacaciones de Navidad, las calles de la ciudad industrial de Gelsenkirchen en el oeste de Alemania aún lucen decoraciones navideñas, pero los empleados bancarios se llevaron una gran sorpresa en la madrugada del 30 de diciembre: en la pared de la bóveda apareció un agujero circular lo suficientemente grande para que una persona pudiera atravesarlo, y más del 90% de las cajas de seguridad fueron forzadas, con una pérdida estimada de unos 30 millones de euros (aproximadamente 33 mil millones de TWD). Este robo parece una versión real de “Ocean’s Eleven”, no solo robando riqueza, sino también poniendo en duda la última línea de defensa de los bancos físicos.
La cirugía en la bóveda subterránea
Las investigaciones muestran que el grupo criminal actuó en la noche de Navidad, aprovechando un ángulo muerto de visión desde un estacionamiento cercano, usando una taladradora industrial de 20 kilos, junto con tuberías de enfriamiento y bombas, para cortar durante varias horas el hormigón armado de 45 centímetros de grosor. Una vez dentro de la bóveda, los ladrones trabajaron como en una línea de producción, forzando aproximadamente el 95% de las cajas en tres días consecutivos, sin disparar un solo tiro, solo con el zumbido de la broca en baja frecuencia. Según News.az, la precisión y el nivel industrial de la operación llevaron a la policía a describirla como si “un equipo de operaciones especiales estuviera haciendo ingeniería”.
Este “procedimiento quirúrgico” no dejó huellas evidentes; a las 6:15 de la madrugada del 27 de diciembre, el polvo de la perforación activó una alarma de incendio. Cuando la policía llegó, solo realizó una inspección superficial y la consideró un falso aviso, y se fue. 48 horas después, la segunda alarma sonó, revelando la verdad tras el agujero en la pared y los escombros de cemento en el suelo. Las cámaras captaron un Audi RS 6 negro cargado con botín y saliendo del lugar, con matrícula proveniente de Hannover, a 200 km de distancia. La doble falsa alarma evidenció la brecha entre la vigilancia automatizada y la evaluación humana, permitiendo que la banda criminal “trabajara horas extras” sin ser detectada.
La protección no basta: el agujero negro de los activos de los depositantes
Las víctimas se congregaron en la entrada del banco, esperando ansiosamente los resultados del conteo. Según estimaciones de Anadolu Agency, la pérdida supera los 30 millones de euros, pero la mayoría de las cajas de seguridad tienen un límite de seguro de solo 10,000 a 12,000 euros, muy por debajo del efectivo, oro y joyas almacenados. Un hombre con los ojos llorosos dijo:
“Eso es mi pensión de 25 años.”
La asimetría entre activos de alto valor y protección de bajo límite convierte a las cajas en un “agujero negro de seguros” que parece seguro pero en realidad oculta riesgos.
En 2025, en medio de la turbulencia política y económica global, muchas personas ven en las bóvedas físicas un refugio, pero este robo revela que incluso la “última fortaleza del sistema financiero tradicional” es vulnerable. Cuando el Audi negro desaparece por la autopista alemana, no solo se llevan 30 millones de euros, sino también la confianza en las defensas físicas de los bancos. El dinero en los bancos puede desaparecer en un instante, y mientras el mundo financiero tradicional sigue enfatizando la seguridad y el control, las stablecoins de nueva generación pueden ser bloqueadas a distancia tras un robo. Este incidente marca un nuevo capítulo en la era financiera moderna.
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Alemania protagoniza una versión real de "Ocean's Eleven": un robo de 30 millones de euros tras perforar la caja fuerte del banco
El banco Gelsenkirchen en Alemania saqueado por una banda de ladrones con perforadoras de nivel militar, robando 30 millones de euros, desatando una crisis de seguridad en las cajas fuertes físicas
(Resumen previo: El exnovio del fundador de OpenAI, Sam Altman, fue asaltado a mano armada, llevándose 11 millones de dólares en BTC y ETH)
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Tras las vacaciones de Navidad, las calles de la ciudad industrial de Gelsenkirchen en el oeste de Alemania aún lucen decoraciones navideñas, pero los empleados bancarios se llevaron una gran sorpresa en la madrugada del 30 de diciembre: en la pared de la bóveda apareció un agujero circular lo suficientemente grande para que una persona pudiera atravesarlo, y más del 90% de las cajas de seguridad fueron forzadas, con una pérdida estimada de unos 30 millones de euros (aproximadamente 33 mil millones de TWD). Este robo parece una versión real de “Ocean’s Eleven”, no solo robando riqueza, sino también poniendo en duda la última línea de defensa de los bancos físicos.
La cirugía en la bóveda subterránea
Las investigaciones muestran que el grupo criminal actuó en la noche de Navidad, aprovechando un ángulo muerto de visión desde un estacionamiento cercano, usando una taladradora industrial de 20 kilos, junto con tuberías de enfriamiento y bombas, para cortar durante varias horas el hormigón armado de 45 centímetros de grosor. Una vez dentro de la bóveda, los ladrones trabajaron como en una línea de producción, forzando aproximadamente el 95% de las cajas en tres días consecutivos, sin disparar un solo tiro, solo con el zumbido de la broca en baja frecuencia. Según News.az, la precisión y el nivel industrial de la operación llevaron a la policía a describirla como si “un equipo de operaciones especiales estuviera haciendo ingeniería”.
Este “procedimiento quirúrgico” no dejó huellas evidentes; a las 6:15 de la madrugada del 27 de diciembre, el polvo de la perforación activó una alarma de incendio. Cuando la policía llegó, solo realizó una inspección superficial y la consideró un falso aviso, y se fue. 48 horas después, la segunda alarma sonó, revelando la verdad tras el agujero en la pared y los escombros de cemento en el suelo. Las cámaras captaron un Audi RS 6 negro cargado con botín y saliendo del lugar, con matrícula proveniente de Hannover, a 200 km de distancia. La doble falsa alarma evidenció la brecha entre la vigilancia automatizada y la evaluación humana, permitiendo que la banda criminal “trabajara horas extras” sin ser detectada.
La protección no basta: el agujero negro de los activos de los depositantes
Las víctimas se congregaron en la entrada del banco, esperando ansiosamente los resultados del conteo. Según estimaciones de Anadolu Agency, la pérdida supera los 30 millones de euros, pero la mayoría de las cajas de seguridad tienen un límite de seguro de solo 10,000 a 12,000 euros, muy por debajo del efectivo, oro y joyas almacenados. Un hombre con los ojos llorosos dijo:
La asimetría entre activos de alto valor y protección de bajo límite convierte a las cajas en un “agujero negro de seguros” que parece seguro pero en realidad oculta riesgos.
En 2025, en medio de la turbulencia política y económica global, muchas personas ven en las bóvedas físicas un refugio, pero este robo revela que incluso la “última fortaleza del sistema financiero tradicional” es vulnerable. Cuando el Audi negro desaparece por la autopista alemana, no solo se llevan 30 millones de euros, sino también la confianza en las defensas físicas de los bancos. El dinero en los bancos puede desaparecer en un instante, y mientras el mundo financiero tradicional sigue enfatizando la seguridad y el control, las stablecoins de nueva generación pueden ser bloqueadas a distancia tras un robo. Este incidente marca un nuevo capítulo en la era financiera moderna.